Una granja muy caliente (Parte 16) - Relatos Eróticos

Una granja muy caliente (Parte 16)

... Bésame Carlitos. Bésame ahora y mientras que tu lengua juega con mi lengua sientes que mi saliva es el mejor lubricante que se conozca. Un lubricante con efecto hipnótico.... Mientras te beso... sientes mi saliva en la boca. - Nelson solo dejaba de besar a Carlitos para dejar nuevas sugestiones. - Cuando comience a lamer tu culito sentirás que tiene el mejor lubricante que se haya inventado. Un lubricante que no se gastará en toda la noche.

Carlitos ya notaba su culo empapado antes de que Nelson se acercara. Solo con sus comandos estaba tan hipnotizado que no necesitaba que Nelson se recreara con su lengua. Nelson colocó a Carlitos a 4 patas, separó las duras nalgas del joven y empezó aplicarse sobre el ano de Carlitos. Estaba cumpliendo de sobra con su cometido, concentrado en lubricar muy bien la zona para que el efecto hipnótico se disparara más en Carlitos a la vez que él mismo quedaba más excitado. Tan excitado estaba Carlitos que cuando fue a acercar la verga Nelson quedó absorbida por el culo casi de inmediato soltando Nelson un gemido de placer. Una oleada que hizo a Nelson contraer de inmediato los músculos de su culo para inmediatamente agarrar de la cintura a Carlitos y comenzar un movimiento firme, rítmico, no muy rápido pero constante en el que Carlitos y Nelson disfrutaban de unas sensaciones amplificadas en el trance. Donato comenzó a escuchar un movimiento a su espalda y comenzó a sonreirse al girarse. Allí se encontraba Mohamed, con el mono azul sudado y la cremallera abierta hasta abajo sacando su larga verga para meneársela. El senegalés se encontraba confundido ante la escena que estaba presenciando. El seguía pensando que no le gustaban los hombres, sin embargo era incapaz de dejar de mirar como Nelson se follaba a Carlitos. Carlitos gimiendo de placer estaba poniendo muy cachondo a Mohamed y el ritmo hipnótico con el que golpeaban pelotas de Nelson al culo de Carlitos resonaba en la cabeza del senegalés. Ni siquiera se había dado cuenta de que Donato también estaba allí y que ahora se aproximaba a él.

- Shhhhh tranquilo Moha. Nelson y Carlitos están ahora mismo en trance. Profundamente hipnotizados y sucumbiendo al placer. Con cada enculada. En blanco...

- ¿Qué...? ¿Qué pasa Donato? ¿No puedo parar?

Mohamed trató de abrir los ojos y desviar su mirada del polvo que echaban Nelson y Carlitos, pero no podía evitarlo. Mohamed no podía evitar parar de pajearse, le ponía cachondo tanto ver la polla de Nelson entrar y salir del culazo blanco de Carlitos como el sonido de las pelotas de Nelson chocando contra Carlitos y los jadeos de ambos retumbaran en los oídos del africano.

- Igual que tú ahora al verlos follar estas cayendo irremediablemente hipnotizado. Eso es... Escucha mis palabras. Da igual que te resistas. Ellos van a seguir follando. Hipnotizándote. Como mi voz. Déjate llevar ahora...

- No... no puedo... ufff.

Donato seguía sonriendo abiertamente y poniéndole la mano en la boca lo hizo callar.

- No ...