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Un trabajo inesperado
Fecha: 04/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... parte había una amenaza implícita diciéndome quien era la dueña del cotarro. Debió de ver las dudas que se reflejaban en mi cara y no dudó en cargar de nuevo. - Tere te retiene solo para ella, pero yo no soy tan egoísta. Te aseguro que no te vas a arrepentir! – comentó desabrochándose dos botones de la bata para mostrarme sus grandes tetas apenas tapadas por un pequeño sujetador de color azul claro. Estaba sentado a su lado y tan solo tenía que estirar un poco el brazo para llegar a ellas. La verdad es que estaban apetecibles, comparadas con las de su hija me parecieron un suculento manjar. Después de mirarlas unos segundos alargué la mano y las sobé lentamente. Su carne abundante era una delicia para hundir los dedos en ella, y los pezones se abultaban ostentosamente bajo la fina tela. Me dejó manosearlas un buen rato sin decir nada, tan solo sonreía pícaramente. - Y que podría proporcionarme que fuera mejor que lo que me da Tere? Acabé bajando el sujetador para que los pezones gordos y ya erectos salieran de sus pequeñas celdas. Pasé las yemas de os dedos por encima de ellos y no me pude resistir a chupárselos. - Ummm, que ganas tenía! Me encanta que me chupen los pezones! Después de saborear unos segundos mis chupadas volvió a hablar. - Podría sugerirte un trabajo fácil y bien remunerado! - Me duran poco los trabajos! - Este te gustaría. Estoy segura! Bajé una mano hasta sus piernas para subir por los muslos bajo la bata. No tardé en llegar al centro de sus muslos y tocar las mullidas bragas que se ceñían contra un espeso vello rizado. Nunca había tocado un coño lleno de vello, ya todas las tías se depilaban, y me pareció excitante. Pero debió de ser más excitante para ella sentir mis dedos pues dio un largo suspiro y apretó mi cabeza contra sus tetas. - Uffff, cariño! Como me estás poniendo! Apenas había hecho nada y la excitación de Jaci moviendo el culo sobre la silla ya era más que notoria. Retire las bragas y busqué la raja entre la maraña de pelo. Introduje un dedo y movió el culo casi con desesperación. Si yo estaba salido esa mujer me superaba claramente. Noté como metió una mano con rapidez bajo mis bóxer y abrazó el miembro que ya había cogido una plena erección. - Diosss, que polla más grande! – soltó sin cortarse. Era el momento de seguir preguntando. Sabía que la excitación y el deseo eran el mejor antídoto para que soltara todo con detalle. - Que clase de trabajo es ese del que me habla? Su mano abrazó mi polla con ganas y comenzó a masturbarme bajo la tela. Podía sentir la humedad y el calor de su coño rodeando mi dedo, y me atreví a meterle dos. Su boca jadeó con ganas y su culo se movió más intentando que la penetración fuera más profunda. - Ay dios! Que calores me están entrando! Me soltó la polla para desabrocharse los dos botones que le quedaban de la bata y abrirla para dejar libre su cuerpo. Toda la carne blanca quedó al aire y me retiré lo suficiente para ...