Un trabajo inesperado - Relatos Eróticos

Un trabajo inesperado

... dueña del negocio y supongo que por eso su hija era permisiva con nuestros jueguecitos.

Ya había desabrochado la bata de Pili y me había puesto a chuparle sus grandes y duras tetas después de bajarle el sujetador. Pili era algo basta follando y me encantaba oírla soltar barbaridades.

- Que boca tienes cabron! Me pones los pezones como pinchos!

Es lo primero que le soltó después de liberarse de los temores iniciales a que nos pillaran.

- Te los pienso arrancar con los dientes! – la acompañé en el comentario.

- Así se los chupas a Tere? Aunque seguro que sus tetillas te caben enteras en la boca, jajaja!

Le gustaba hacer comentarios jocosos sobre su jefa siempre que follaba conmigo, yo la alentaba sabiendo que ese morbo la ponía más cachonda.

- Se las chupo de tal forma que se queda sin habla!

Ya había bajado una mano y la sobaba el coño por encima de las pequeñas bragas, que siempre eran de alguna talla menor de la que le correspondía.

- Ufff, que guarra me pones cabron! Vamos a la mesa. No quiero perder el tiempo!

Me agarró de la mano y me llevó hasta el cuarto trasero donde había una mesa con dos sillas y un montón de apechusques de trabajo. Apoyó una pequeña porción del culo sobre la mesa a la vez que abría las piernas. La bata abierta y el sujetador bajado dejaban ver las voluminosas tetas y los dos sonrosados pezones del tamaño de dos cerezas. Las pequeñas bragas rosas apenas cubrían sus gruesos labios vaginales que se abultaban de una forma escandalosa.

- Así es como te folla Julián? – le pregunté buscando el morbo y algún improperio.

- A Julián me lo tengo que follar yo porque casi siempre anda bebido!

- Un día iré a tu casa a follarte mientras el duerme la mona!

- Serías capaz, cabron! – respondió ella a la vez que me desabrochaba el pantalón y me bajaba la cremallera.

- Imagínatele tumbado en el sofá roncando y yo dándote unos buenos rabotazos mientras miras su boca abierta!

- Menudo pedazo de cabron que estás hecho! Jajaja!

- Te vas a quitar las bragas, o prefieres que te las arranque?

- No joder, que son nuevas!

Pili se bajó las bragas y dejo que cayeran al suelo. Ahora los abultados labios vaginales brillaban por la humedad al incidir la fuerte luz de la lámpara que colgaba del techo. Pasé la mano sobre ellos mientras miraba sus ojos brillantes. Me gustaba ver el deseo que desprendían siempre cuando estábamos a punto de follar.

- Ya estás mojada putita?

- Es que me pones muy caliente, cabron!

Pili a su vez masajeaba mi polla subiendo y bajando la piel cubierta de venas repletas de sangre a plena circulación.

- Que polla tienes, mamón!

- Te gusta?

- Sabes que si, aunque yo también sé que te encanta que te lo diga!

- Y no me la vas a chupar?

- Vale, pero solo un poco. No quiero que te corras en la boca y después me dejes con un buen calentón!

- Es que la chupas de maravilla!

- Lo sé, siempre me lo han dicho, jajaja! Pero chúpame tu primero las tetas ...