1. Un trabajo inesperado


    Fecha: 04/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... follando!
    
    - No folla mal, pero no dura nada. Es demasiado calentorra!
    
    - Cualquier día os pilla Tere y se te jode el negocio!
    
    - Lo tengo controlado!
    
    - Eso dices, pero todo es cuestión de tiempo. Además deberías de sentar la cabeza. No puedes andar toda la vida viviendo así!
    
    - Así, cómo?
    
    - Pues dependiendo de una tía!
    
    - Tengo mis curros!
    
    - Ya, de dos días y poco más!
    
    - Tampoco me va mal!
    
    - Y la madre de Tere, no dice nada al respecto?
    
    - Le caigo bien!
    
    - Ya te la has follado?
    
    - Jajaja, no, pero creo que lo está deseando. Aunque no se lo que opinaría Tere!
    
    - Lo que digo, deberías buscar un trabajo en condiciones!
    
    - Como el tuyo
    
    - Que tiene de malo el mío?
    
    - Pues no me pienso pasar la vida acatando órdenes de una arpía como tú jefa!
    
    - Lourdes no es una arpía!
    
    - Ya sé que te gustaría follártela, pero no por eso deja de ser una arpía?
    
    - No es mala jefa!
    
    - Vale, vale. Es tu trabajo y tampoco voy a entrar en ello. Seguro que si te la follas te tratará mejor!
    
    Cerramos la discusión y nos tomamos otra cerveza y me fui a casa de Tere. Era jueves y lo único que quería era una buena cena. Sabía que los viernes solía tener bastante trabajo y no íbamos a tontear demasiado.
    
    - Hola Tere. Señora Jacinta!
    
    - Hola guapo! Deja de llamarme señora Jacinta que no soy tan mayor!
    
    - Solo es por respeto!
    
    - Que guasón que eres!
    
    - Vamos a salir, Tere?
    
    - No que mañana tengo una clienta a primera hora. Mejor cenamos en casa y vemos un rato la tele!
    
    - Me puedo ir yo contigo a cenar! – replicó Jacinta.
    
    - Mamá!!
    
    - Es una broma cariño, jajaja. Me confundirían con su madre, jajaja!
    
    Jacinta era una señora de cincuenta y ocho años que siempre iba muy arreglada, incluso dentro de su casa. El pelo teñido de rubio con algunas mechas rojizas la hacían más joven. Estaba algo gordita y tenía un hermoso culo y una tetas que solía mostrar a través de sus generosos escotes. Aunque a veces la llamaba señora Jacinta, tan solo lo hacía por vacilarla. Su hija la llamaba Jaci, y yo también lo hacía alguna vez.
    
    Tere andaba en bata, pero Jacinta era más amiga de los vestidos. En esta ocasión llevaba uno azul oscuro con algunos detalles que le daban algo de color. Por supuesto el escote era genero, como siempre. Alguna vez le había tocado el culo cariñosamente, aunque a escondidas de Tere, y no le había parecido mal.
    
    Nos sentamos a cenar y hablamos de cosas triviales. Solía hacerme el gracioso, aunque lo conseguía con más excitó con Jaci que con Tere. Cuando terminamos nos pusimos a recoger, y como alguna que otra vez volví a tocarle el culo a Jaci con disimulo sacándole una amplia sonrisa picarona. Al acabar, Tere casi me obligó a irme a la cama con ella, parecía que no tenía ganas de esperar. Jaci se sirvió una copa y se quedó en el salón viendo la tele.
    
    - Tu madre cada día está más coqueta! – le dije en un tono bajo mientras me quitaba la camiseta.
    
    - Coqueta? Lo que está es cada día más salida. ...
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