1. Aurora – Capítulo IV


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Incesto Autor: privado, Fuente: SexoSinTabues30

    ... princesita. Ella lo quería a Ud. de regalo, ¿cierto, mi vida?
    
    Yo sonreí y no dije nada, porque no era cierto que yo lo haya pedido de regalo, pero mi hermano a veces sabía más que yo de mí misma. Y si él lo decía, debe haber sido que eso es lo que yo quería.
    
    Esa tarde la pasamos juntitos los tres en la cama. Ninguno de ellos quería terminar con la magia. Más tarde vimos un atardecer maravilloso sentados en un sofá todavía desnudos, pero con aire acondicionado. A ratos me ponía uno entre sus piernas y después el otro.
    
    El primero que lo dijo fue Manu.
    
    —Compadre, no doy más. Necesito ponérsela.
    
    —¿Princesita?, —me preguntó Rigo—. ¿Quiere?
    
    —¡Sí! —dije yo un poquito ansiosa.
    
    —Póngale cremita compadre, cuídela.
    
    —Claro que sí. Venga, mi amor —Me dijo Manu.
    
    Lo que siguió fue una larga y deliciosa preparación para recibir a Manu en mi conchita. Me la comió riquísimo, me metió un dedo por los dos agujeros. Me culeó la boca y al final se sentó en un sillón grande frente al mar y me sentó de espaldas a él y me la dejó ir toda adentro. Él ya sabía que yo la aguantaría. Rigo le había informado bien de todo lo que yo podía hacer. De ahí en más me culeó con furia, me hacía saltar entre sus piernas, me elevaba en el aire con su fuerza, y yo quedé casi sin aire. Me besaba el cuello y mientras me culeaba me frotaba el clítoris. Manu era un experto, igual que mi Rigo. Cuando acabó me chorreaba la leche de la concha y yo la recogí con los dedos para comérmela.
    
    Ya en la noche nos acostamos los tres en la cama otra vez y yo le tomé la pichula a mi hermano y se la apreté fuerte y lo comencé a pajear suavecito hasta que se le paró completamente.
    
    —¿Quiere otra más, mi amor? —me preguntó.
    
    —Sí —le dije yo—. Quiero que me metas la pichula tuya ahora.
    
    Manu hizo un gesto como de no poder creer tanta suerte cuando me escuchó hablar así. Le debe haber gustado mucho, porque el pico se le paró nuevamente. Pero esta vez le tocaba a Rodrigo.
    
    Mi hermano, experto como era, me hizo delirar de gusto. Me la puso con mis pies posados en su pecho. Manu quiso ver cómo entraba el pico en mi concha y se acercó para ver todo en detalle. Rigo me la fue metiendo más lentamente que otras veces y Manu solo aspiraba aire entre los dientes de gusto como si me la estuviera clavando él. Hasta me dedeó el clítoris cuando mi hermano empezó su vaivén.
    
    Rigo me culeó en varias posiciones. Al final me la puso en el culo y Manu tuvo que pajearse para descargarse otra vez. Cuando Rigo acabó, Manu me tiró los mocos en la cara. Eso me gustó muchísimo.
    
    Me quedé dormida con un hombre a cada lado y con una pichula en cada mano. A ratos se ponían lacias y yo inconscientemente las volvía a parar.
    
    Según me contó mi hermano mucho tiempo después, esa noche Manu ardía en deseos de culearme una vez más antes de dormirse, pero él no lo dejó porque yo me había quedado dormida y estaba muy cansadita con las dos cachas tan intensas que había recibido y además quedaba harto ...
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