1. EL PODER DE LOS DESEOS. (12).


    Fecha: 11/11/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Gays Hetero Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... computadora, al entrar la cara deYessica fue de absoluto terror y el chinito se puso pálido.
    
    Sin quererlo acababa de descubrir queYessica tomaba sus roturas de culito como si hubiera sido un sueño y se me ocurrió que así debían actuar las ganas“adormecidas” que quedaban flotando en las mentes acorde a los deseos, como fuere, no daba para pensar demasiado porque el chinito se sacaba los shorcitos dejándome ver su culito gordito y tentador y me explicaba cómo se tenía que poner para que yo le tocara las nalgas con mi mano. La posición era conocida por mí pues, no bien me saqué los pantalones, él se acomodó de costado acercando su cara al miembro erecto.
    
    No perdió demasiado tiempo, me demostró enseguida que era un becerro desesperado de hambre, no perdió tiempo con besitos y salivando el glande se lo metió en la boca, se esmeraba por tragar y ponía más empeño que la tía. Yo le acariciaba las nalgas duritas y mullidas y comencé a buscar su agujerito con dos dedos suficientemente salivados, moviéndolos despacio no me resultó difícil meter los dos dedos a la vez, escuché un quejido que se normalizó enseguida y el movimiento de sus nalgas me dio a entender que lo gozaba. Por momentos parecía temblar y su ano se contraía apretándome los dedos, gemía y se notaba que gozaba de los dos dedos enterrados en todo su largo y del meter-sacar que le imprimía a mi mano. Le revolvía los dedos buscando más dilatación y él busco mi otra mano para ponerla sobre su cabeza, el gesto fue más que elocuente, le mandé un tercer dedo y el caderazo completó la historia, me hubiese gustado ver la cara del chinito cuando su nariz se aplastó en mi pierna, pero me sorprendió cuando no acusó ahogos y comenzó a mover su cabeza sacando y metiendo la verga.
    
    Su culito se había dilatado lo suficiente, pero la succión bucal pudo más y le llené la garganta de leche, su nariz se“soldó” a mi muslo mientras tragaba y sus nalgas se levantaban pidiendo dedos. Estaba claro que el chinito era ya un putito consumado, además, apenas después de tragar se la sacó de la boca dejándola toda baboseada y se puso en cuatro en el borde de la cama, clavó su cabeza en las sábanas, abrió sus nalgas con ambas manos y, ladeando la cara, me pidió que se la metiera en el culito. Las nalgas gorditas eran chiquitas, pero soberbias y no acusaban ninguna nacionalidad, entonces apoyé el glande en su hueco semi dilatado.
    
    La verga no perdió su dureza, pero yo sabía que no daba como para mantener una buena“empernada” y metí sólo el glande en su interior, se quejó, se movió y llorisqueó, pero, tal como yo lo había deseado, se dispuso a aguantar el resto. Su esfínter me apretaba, mi verga parecía latir y tuve que hacer un esfuerzo para no continuar, estaba seguro que sin lubricante lo rajaría y mi sadismo no llegaba a tanto.“Métala más adentro señor”, -pedía empujando con sus caderas, pero se la saqué diciéndole que lo dejaríamos para otro momento-. Mientras nos lavábamos me dijo que le había gustado mucho y ...
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