1. Querido diario: mi hermano


    Fecha: 08/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... y el tacto de su lengua con la mía, por la suavidad de sus labios y la forma cuidadosa y tierna con que me tocaba, fue algo maravilloso sentir su excitación entre mis piernas, presionado al mover sus caderas, mientras me tocaba los senos.
    
    Lo tomé por la nuca y lo hice bajar a mis senos. Los besaba de una forma tan sexy y amorosa que yo me retorcía entre gemidos, mientras me desabrochaba el sostén, me lo quitaba y lo arrojaba lejos. Él se entretuvo un buen rato en mis senos, lamiendo mis pezones, mordiéndolos, liberando un poco de su aliento sobre ellos, haciéndome gemir como loca con tan solo estimular mis senos con su boca.
    
    Bajé mi mano a su pene, su tacto fue hermoso, era grande y muy grueso, se veía que había crecido desde la última vez que lo toqué; mi mano no lo podía rodear por completo. Lo masturbé un poco, suavemente, disfrutando de la textura de su piel y su excitante dureza; luego metí aún más mi mano en su bóxer hasta poder agarrar sus huevos, un poco velludos, pero tan deliciosos que no podía dejar de sobarlos.
    
    Él se levantó y se deshizo de su calzones, yo hice lo mismo y a su vista quedaron mis juguetes. Sonrió un poco al verlos, pero gesto, como después me lo contó, no fue otra cosa que una nerviosa muestra excitación. No hubieron preámbulos antes de que llevara su mano al juguete que tenía en la vagina y comenzara a cogerme con él, de una forma tan rica que, el solo recordarlo, hace que me vuelva a sentir húmeda.
    
    Pero la cosa no quedó en eso, mi hermanito bajó su cabeza y comenzó a besar mi clítoris. Fue una delicia. Grité como loca. En parte fue el morbo de tener a mi hermano entre mis piernas y en parte fue la tremenda sensación que me estaba provocando con sus caricias y la forma en que movía el consolador, adentro y afuera, mientras hacía círculos. Fue mientras hacía eso cuando tuve mi primer orgasmo, en medio de gritos y una cantidad abrumadora de fluidos que emanaron de mi cuerpo.
    
    Ya no aguantaba más, lo quería tener adentro y al parecer él quería lo mismo, pues antes de que yo dejara de gritar, él se posicionó entre mis piernas, tomando su miembro con una mano y dirigiéndolo a mi caliente y empapaba vagina, ardiendo en deseo por tenerlo dentro. Y vaya forma de penetrarme.
    
    Aquello ocurrió despacio, disfrutando de la experiencia, gozando de cada centímetro de su pene, disfrutando de la manera en que las paredes de mi vagina se abrían a un punto que no pensé que pudieran hacerlo, haciéndome gemir, gritar de emoción por tener a mi hermano en mi interior, de sentir a ese muchacho que quería tanto, de verlo cerrar los ojos al sentir como mi vagina abrazaba su pene con cariño, antes de que comenzara a hacerme el amor de una forma tan tierna y hermosa, que me abracé de él con brazo y piernas, queriéndolo sentir por completo, gimiendo con lágrimas en los ojos que escaparon a consecuencia de lo emocionada que estaba de poder demostrarle por fin lo mucho que lo quería, lo mucho que amaba a ese chico que tanto me había ...