1. Querido diario: mi hermano


    Fecha: 08/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... dijo, pero sonrió las dos veces en que se lo dije.
    
    Para mi desgracia, habíamos quedado en que las fotos las tomaríamos después del partido del mundial, el mismo partido que no logró definirse sino hasta los penales, aumentando con cada minuto mi ansiedad. Hasta que por fin terminó el maldito juego y la tortura se acabó.
    
    Ah, pero, antes de todo esto, mientras mi hermano se preparaba para su partido, yo me había puesto un plug anal y también me metí un juguetito en mi conejito, pues desde aquella vez que nos metimos mano, supe las dimensiones de la cosa de mi hermano y, bueno… basta decir que si bien no era muy largo, sí que era muy grueso, así que usé mis juguetes para irme preparando para recibirlo sin que resultara muy doloroso.
    
    Pero bueno, regresando a la historia. Mientras esperaba a mi hermanito en mi cuarto para la supuesta sesión de fotos, Mindy me hizo una video llamada que recibí en la computadora, platicamos de X y Y cosas, estaba muy concentrada en la charla y no noté el momento en que mi hermanito entró al cuarto, ni el momento en que se paró atrás de mi, estando sentada en el sillón de mi escritorio; solo lo noté cuando sus manos se posaron en mis hombros provocándome un sobresalto, lo miré a los ojos mientras sentía cómo sus manos iban bajando, muy despacio hasta llegar a mis pechos, apenas cubiertos por una ligera bata y un lindo sostén de encaje verde.
    
    Aquello me sorprendió mucho, pues noté de inmediato que él y Mindy se habían puesto de acuerdo, ya que ella sonreía con malicia mientras miraba a mi hermano sobándome descaradamente las tetas.
    
    No me hice del rogar antes de levantarme, acomodar la cámara de la compu para que Mindy no perdiera detalle y empujar la silla del escritorio para que no le estorbara la visión, antes de que mi hermanito y yo nos fuéramos a la cama. Me quité la bata el se despojó de la playera que traía puesta. Miré su cosa y me sorprendió que aún por encima del bóxer se notaba mucho su bulto. No fue una sorpresa que cuando toqué mis bragas estuvieran empapadas.
    
    Me recosté sin quitarme la ropa interior pues, como le dije días antes a Fabio, aquel conjunto me quedaba tan bien que era una lastima que no me pudiera dar a mí misma (je je je) el caso es que estando ahí, casi desnuda, con mi hermano arrodillándose en la cama sin dejar de mirarme el cuerpo, noté que en realidad deseaba que eso pasara más de lo que yo misma me había dado cuenta.
    
    Él se recostó sobre mí y comenzó a besarme el cuello, de una forma tan delicada que no correspondía con su imagen ruda para nada, peros sus besos me excitaban mucho, subió a mi oreja, la mordió y le dio algunas pequeñas lamidas que me hicieron estremecer cuando su aliento hizo contacto con la humedad que su saliva había dejado en esa parte de mi cuerpo.
    
    Fui yo quien buscó sus labios y nos besamos, de una forma tan tierna y hermosa, que me erizó la piel. En ese momento dejé de tener contacto con una buena parte de la realidad, me dejé llevar por sus besos ...
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