1. Aventuras y desventuras húmedas: Segunda etapa (9)


    Fecha: 08/11/2019, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... aspiración, se había cansado como nunca y algunas gotas de sudor perlaban su frente. No pasó inadvertido para la joven que le besó con pasión aún con su pene en el interior.
    
    —Bájame, seguimos de otra forma.
    
    Posó los pies en el suelo con algo de incertidumbre, en más o menos diez minutos apenas los había usado para nada y con el gozo que todavía llevaba no sabía si le sujetarían, pero lo hicieron. Con un rápido movimiento, Sergio dio la vuelta por el cuerpo joven de Alicia y la rodeó por la espalda. Comenzó a darle suaves besos en su cuello y un pequeño mordisco, algo que hizo a la muchacha abrir los ojos y decir.
    
    —¿Tú me puedes morder, pero yo a ti?
    
    —No —dijo añadiendo sonidos de negación—. Como me dejes una marca… la liamos.
    
    Pasó las manos hasta los pechos de la muchacha y los aprisionó mientras esta gemía. Abrió los ojos y se vio en el reflejo de la televisión. El cristal negro le daba una imagen perfecta del cuerpo de su amante que ahora era acariciada por sus ya calientes manos.
    
    —Ponte a cuatro patas —le sugirió Sergio, no había opción a debate, pero sonó demasiado bien. Alicia se fue a mover al sofá, pero señalando el suelo, el joven le hizo ver que la posición exacta era allí mismo—. En la alfombra mejor.
    
    Era mullida y seguramente algo cara, ya que el tacto era demasiado agradable, pero aquello no hacía que la comodidad fuera mayor que el sofá.
    
    Lo que Sergio pretendía era verse. No quería perder la imagen del televisor que les enfocaba en mitad de la sala. La instantánea era perfecta, Alicia estaba con las manos en la alfombra, piernas abiertas y el trasero elevado listo para la penetración. Sergio se arrodilló a su espalda, pasando las uñas por la piel desnuda de esta y haciendo que el vello se le pusiera de punta.
    
    Ya con las yemas acariciando sus nalgas, cambió de registro y pasó de las caricias a la fuerte sujeción con los diez dedos. Alicia gimió al sentir el placer que le provocaba que aquel chico le sujetara el trasero de esa forma. El pene, como toda la madrugada, estaba listo y envuelto en el plástico que apartaba los fluidos. Volvió a penetrarla.
    
    El frenesí había descendido y lo que ahora hacían era un coito más normal. Incluso Alicia podía seguir aquel ritmo y empujaba cuando notaba entrar el pene en su interior. Sentía como los genitales le golpeaban el clítoris añadiéndole cierto cosquilleo que le venía muy bien para lo que se avecinaba.
    
    —Alicia, tienes el mejor culo que he visto en mi vida —decirlo en voz alta le resultó extraño, incluso dándole una ligera vergüenza que no podía ocultar.
    
    Algo parecía que había despertado, el Sergio sensato estaba haciendo a un lado al ardiente que poco a poco se iba deshaciendo, como el alcohol en su cuerpo.
    
    —Tú tienes la mejor verga que he visto —soltó de improviso Alicia sin mirarle.
    
    —Qué raro que lo llames así, nunca se lo había escuchado a nadie —respondió con una media sonrisa, pero sin parar de tener sexo.
    
    Sin embargo, aunque el Sergio caliente ...
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