1. Aventuras y desventuras húmedas: Segunda etapa (9)


    Fecha: 08/11/2019, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... que podía pasar y menos una mente como la de Sergio que entre la calentura y el alcohol se había vuelto la de un chimpancé.
    
    —¿Está todo bien? —preguntó Alicia con su mano aferrando la del joven.
    
    —¿Cómo?
    
    —Lo digo por tu novia.
    
    —No creo que sea el momento de hablar de eso. —casi se sentía indignado porque Marta saliera en ese instante, si nunca hablaban de ello por algo sería.
    
    —Lo que no me apetece es que mañana estés mal, quiero que no te arrepientas.
    
    —Si estoy aquí, no creo que me vaya a arrepentir. —no sabía lo que decía.
    
    Sergio lanzó un beso que Alicia evitó colocando su mejilla donde deberían estar los labios. Comenzó a besarle poco a poco y al llegar a su oído, la amiga de Laura susurró.
    
    —¿Esto lleva a algo más?
    
    —No lo sé. —el joven torció el gesto, para después sonreír al notar un pequeño mordisco de la chica— ¿Quién sabe? Mañana lo podré pensar mejor.
    
    Alicia aspiró con fuerza, le agarró el rostro y girándolo hacia ella, le besó con toda la pasión que tenía dentro. Sin dejar pensar al muchacho, se montó encima de él dejando una pierna a cada lado. Sus manos calientes por el ambiente acogedor del hogar pasaron por el pecho de Sergio levantando la camiseta y el jersey. Contrastaban con los dedos gélidos del joven que trataba de calentarse apretando con fuerza sendas nalgas.
    
    —Estaría bien que quisieras algo más —dijo en un momento Alicia separando los labios.
    
    —Veamos que pasa hoy y pensaremos mejor en unas horas.
    
    La joven con rapidez cogió la parte baja de su camiseta de pijama y con unos pómulos rojos e inflamados debido al erotismo, se la quitó de golpe, dejando que cayera en el sofá.
    
    —¿Te gustaría tener esto todos los días?
    
    Alicia se pasó sus manos por los senos haciendo que los pezones rosados se le endurecieran levemente. Las nalgas de la muchacha habían sido abandonadas por las manos de Sergio que ahora surcaban la cintura para llegar a esos dos montes que tanto se parecían a los de… Marta.
    
    En qué momento se le pasaba su novia por la cabeza. Podría decirse que en tamaño y color eran similares, aun así, su cerebro le jugaba una mala pasada. Cerró y abrió los ojos para centrarse. Esa voz de su interior, la cual rugía por salir le estaba molestando. Aún estaba dentro de un pozo de varios metros lleno de agua, pero ni con esas se callaba, su conciencia era fuerte.
    
    —Estaría bien —contestó como un autónomo.
    
    Había tenido unos senos más grandes entre las manos, incluso más esponjosos, sin embargo, los de Alicia le parecían “nuevos”. Pensó que podían estar inmaculados, como si nadie hubiera pasado antes por allí, iba a ser Neil Armstrong en los pechos de la joven. Aunque solo era una sensación, más de un chico había probado la delicada piel que Alicia tenía por esa zona.
    
    —Entonces me vas a tener que invitar un día a… no sé… al cine o a cenar, ¿no?
    
    Las manos de la joven se enredaban en el pelo de Sergio mientras hablaba y cuando este comenzó a asentir a la pregunta de la chica, ella lo ...
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