1. Camino hacia zoodoma. Capítulo I


    Fecha: 08/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Nikki, Fuente: TodoRelatos

    ... sillas enfrente. Anabel tomó su lugar en el sillón detrás del escritorio y pidió que tomara asiento.
    
    Lo que vino después creo que ya lo saben. Tras unas preguntas para socializar sobre como estaba, preguntó si sabía a que se dedicaban allí. Fui honesta y le dije lo que pensaba, que era un lugar para dar masajes relajantes o algún tipo de terapia. Anabel debió aguantar la risa, o quizá era bastante común que las aspirantes no entendieran bien que es lo que hacían ahí, porque solo prosiguió a explicarme con detalle el giro real del negocio. Si daban masajes, pero lo que en verdad vendían era sexo. Los hombres pagaban además del masaje, por sexo oral y vaginal en cada encuentro de treinta minutos o una hora . Las chicas ganaban ochocientos por lo primero, y mil cuatrocientos por lo segundo. Y tenían la posibilidad de ganar mas si acordaban algo extra con el cliente al momento. Las reglas marcaban sexo oral y vaginal con preservativo, ellas podían ganar un extra por salirse un poco de ellas. Sexo oral al natural, masturbación con los pechos o sexo anal eran las cosas mas comunes que buscaban. Todo estaba a decisión de la chica, y nunca estaba obligada a nada. Lo que pasaba dentro de un cuarto y como se pagara era cosa de los que estaban dentro.
    
    Todo aquello escapaba por mucho de cualquier cosa que hubiera pensado hasta ese momento. La prostitución no era una de mis opciones de trabajo, y ahora se me presentaba una oportunidad en ese giro. Me quedé callada mirando el rostro de Anabel tratando de encontrar en sus ojos la respuesta a lo que estaba ocurriendo. No sabía si aceptar o simplemente decir que no e irme del lugar. Ella igual me veía fijamente, esperando alguna seña sobre lo que estaba pasando dentro de mi cabeza. Era una mujer experimentada, y creo que mi silencio era justo lo que quería escuchar.
    
    Prosiguió con su explicación, ahora enmarcando mas detalles de aquel lugar. Era un sitio de renombre en el estado, conocido sólo por personas de dinero. Lo que pasaba dentro era un secreto incluso para los vecinos de la zona. Sus clientes eran personas que buscaban mujeres hermosas, con clase y buen porte. Justo por ello me había dado la tarjeta, ya que cumplía con el estándar de belleza del lugar. Me habló sobre lo seguro y discreto que sería trabajar allí, y fue bastante efusiva en remarcar todo el dinero que podría ganar. Si iba a trabajar por lo menos cinco veces a la semana por unas seis horas me aseguraba que mínimo me llevaría a la bolsa treinta grandes cada mes, eso sin contar el dinero que les podía sacar en la alcoba con algún acuerdo adicional. Aquello no sonaba para nada mal. Con lo que iba a ganar podría juntar lo de la universidad en unos meses, y tener dinero de sobra para empezar a pensar en independizarme. Y lo que debía hacer era sólo acostarme por unos minutos con algunos tipos. Solo era eso, sexo.
    
    Todo aquello me hace recordar una frase que Elijah Wood dijo en la película Hooligans: todos creemos que somos de cristal, ...
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