1. Camino hacia zoodoma. Capítulo I


    Fecha: 08/11/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Nikki, Fuente: TodoRelatos

    ... lo de la prepa y la escuela de mi hermana, que ahora pasaba a la secundaria. Siempre supe que éramos pobres, es imposible no darse cuenta. Pero en el fondo tenía la esperanza de que quizá mi mamá tuviera algún dinero guardado, o algo así. Pero no, su plan era que yo empezara a trabajar. Ahora que tenía dieciocho podía entrar en la maquiladora y así ambas podíamos ahorrar por un año. Lo que juntáramos en ese tiempo lo usaríamos para los gastos de la universidad, y ya después podría buscar un trabajo de medio tiempo y dedicarme a la par a estudiar. No podía negarme a su plan, no tenía opción. Pero no trabajaría en la maquiladora. A diferencia de mi madre yo había terminado la preparatoria, y era suficiente para aspirar a trabajos menos agotadores y que pagaran más, o eso pensaba.
    
    Comencé buscando trabajo en una plaza comercial que estaba a treinta minutos en autobús de la casa, sin resultados exitosos al principio. No se como sea en sus países, pero aquí en México vivimos en la dicotomía de que la mayoría piden experiencia para trabajar, y al no poder trabajar no ganas experiencia. No fue hasta que casi a los cuatro meses por fin conseguí algo para escapar de las constantes insistencias de entrar a la maquiladora. Pude saltar la traba de la experiencia con la ayuda de mi atractivo físico. Tenía la “buena presentación” que necesitaban y ahora podía empezar a trabajar como dependienta en una tienda de cosméticos. Ganaba un poco menos que mamá, unos seis mil pesos mensuales, pero evitaba las horas extras y solo debía atender a la gente que llegaba a comprar. Además serviría para aprender a arreglarme mejor, y ganar más confianza.
    
    Mi uniforme era un pantalón entubado estilo dockers negro, y una playera polo del mismo color. No se que tiene ese color, pero hace que te vuelvas mas llamativa para la mayoría de hombres. Siempre me ha gustado la ropa entallada, que deja ver las formas de mi cuerpo. Normalmente siempre ando con pantalones de mezclilla y una playera, y las veces que lo ameritan, algún vestido o falda que llegue a la mitad de mis muslos. Así que estaba acostumbrada a llamar la atención, pero en aquel momento me di cuenta de que tanto podía hacerlo. Parte el uniforme, parte el lugar que era bastante concurrido, y parte importante también el maquillaje. Normalmente no lo usaba, y ahora que había aprendido a hacerlo casi profesionalmente la diferencia era grande. Era como si al arreglarte mas les dijeras a todos que eras una puta en busca de atención. Miradas nada discretas, piropos, insinuaciones subidas de tono; eran el pan de cada día en el trayecto hacia el trabajo. Y me gustaba, aún esa atención no tan positiva me hacía sentir bien conmigo misma.
    
    Pero no todo iba bien. Se supone que debía ahorrar para la universidad, pero no me alcanzaba. Tenía dinero en la mano y quería gastarlo. El transporte, la comida, y esos gustitos que la verdad no eran la gran cosa, pero que para gente en mi situación son casi prohibidos. Quería ropa, ...
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