1. El anuncio


    Fecha: 31/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos

    ... la frente sudada con el pelo pegado, esperando mi veredicto.
    
    Por un momento parecía a punto de ponerse a llorar, pero mi sonrisa de aprobación la relajó completamente y un gesto de alivio se dibujó en su cara. Momento que aproveché para sacar el dedo del culo, olfatearlo y dárselo a probar. Algo que ella asumió como lo más normal del mundo. Me encantó ver como chupeteaba sus flujos anales como si del mejor manjar del mundo se tratase.
    
    —¡Joder, mamá, estás hecha una buena puerca!
    
    —¡Gra… gracias, hijo!
    
    —De nada, bonita —repliqué acariciándole el sudoroso cabello. ¡Lástima de peluquería!
    
    —Entonces… ¿me darás el trabajo…? —preguntó con timidez.
    
    —Ni de coña —respondí malévolo. Un gesto de decepción se dibujó en su rostro—. Que sea un hijo de puta no quiere decir que lo tenga que saber todo el mundo —mi madre me miró rumiando lo que de humillante tenía la frase, pero sin atreverse a replicar. Que era una puta no era dudoso en absoluto, visto lo visto. Otra cosa es que yo fuera un auténtico cabroncete al que no le importaba nada que su madre se la chupase o follársela, como pensaba hacer después—. El caso es que eres demasiado buena en esto como para compartirte. De modo que creo que lo mejor será tenerte para mí solito. Digamos que vas a ser una ayudante especial. Especial porque entre tus funciones va a estar, claro, hacer este tipo de cerdadas y otras que se me ocurran conmigo. Aunque no descarto compartirte en caso de necesidad. ¿Estás de acuerdo?
    
    Mi madre asintió temblorosa y con poco convencimiento.
    
    —Te voy a pagar, claro —sus ojos se iluminaron. Vaya, si que estaba necesitada, la mujer.
    
    A partir de aquel día, se convirtió en mi mano derecha en el local.
    
    6.
    
    Semanas más tarde tuvimos una noche muy ajetreada. Era viernes y habían coincidido varias cenas de empresa y un par de despedidas de soltero que pusieron el club a reventar de clientes.
    
    Las jamonas estuvieron muy ocupadas, incluso tuvimos que llamar a un par a las que habíamos dado el día libre para que hicieran horas extras. He de decir que eran unas putas tan cumplidora y comprometidas con su oficio que acudieron sin rechistar y salvaron el culo a la empresa ante tal avalancha de clientes, a pesar de tener que sacrificar el suyo. Sacrificio que, dicho sea de paso, no les supo nada mal. Los anales tenían mejor tarifa y a todas les venía bien un dinerillo extra, tal y cómo se está poniendo la cesta de la compra.
    
    Incluso mamá se ofreció a apechugar con algún servicio, algún polvete rápido o una mamada, cuando nos vio tan ocupados. Fue un gesto noble y que me hizo sentir orgulloso de su motivación, pero pronto le quité la idea de la cabeza. No es que yo fuese un moro especialmente celoso, pero prefería reservarla como lo que era, mi puta particular. No sé si con la idea de que estuviera siempre algo deseosa, cachonda y chorreante no le dejaba follar con nadie. El caso es que me funcionaba. Y ella me compensaba con creces. Aunque a veces babease un poco por ...
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