1. El anuncio


    Fecha: 31/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos

    ... estimular a su marido, comprando ropa interior sexi y demás chorradillas de esas que hacen las marujas con poca imaginación. Creo que si se hubiera decidido a hacerle una buena mamada como las que me hizo a mí posteriormente quizá hubiera podido despertar el pajarito del viejo (o quizá no, quién sabe).
    
    El caso es que la situación del matrimonio era bastante desesperada y Merche, mi madre, visto lo visto, decidió buscar trabajo ella misma. No tan solo para currar, sino también para salir del asfixiante horno en el que se había convertido aquel piso triste y melancólico. Probó a hacer limpieza en escaleras y como cocinera en una empresa de platos preparados. Trabajos en los que se trabajaba mucho y se cobraba poco. Le gustaban, pero tuvo que ser el encuentro con Montse, una vecina que acababa de entrar a trabajar en el club, que le contó de qué iba lo nuestro, además de la calentura que llevaba encima la que acabó con ella sentada junto a mí en aquel sofá. Se había dado cuenta, en los pocos días laborales que llevaba, tanto en la escalera que limpiaba como en aquella cocina industrial, que seguía siendo una mujer deseable para según qué hombre y eso la estimuló a dar el paso que la llevó a intentar integrarse en nuestra plantilla.
    
    5.
    
    Aunque había un pequeño problemilla: que sexualmente era una inepta. De modo que la buena de Montse tuvo que hacerle un cursillo acelerado para el que contó con un par de clientes del club que, gratis total, le hicieron una formación acelerada de puterío en el dormitorio de la vecina, aprovechando los ratos en los que el marido de Montse, comercial de farmacia, no estaba en casa.
    
    Mamá aprovechó bien las clases, como pude comprobar poco después, aunque todavía le quedaba un buen margen de mejora.
    
    —Es que no se qué decirte Ramón. Ahora que lo sabes todo, seguramente querrás que me vaya. Esto no es lo que hace una madre.
    
    Nada más lejos de mi intención.
    
    —No sé lo que harán las madres de los demás, pero tú ya puedes ponerte a chupar. Seré justo contigo, si eres buena tendrás un sitio aquí. Si no, igual te podemos enseñar algo.
    
    Al mismo tiempo, me desabroché el pantalón y lo bajé, mostrando la polla en perfecto estado de revista. Mi madre, la miró asombrada y tras consultarme con la vista, agachó la cabeza y se puso al tema como una campeona.
    
    Ver cómo, tras escupir copiosamente sobre mi polla, la sujetaba con la mano y, forzando a tope la mandíbula, se la encajaba para empezar un cálido y eficaz vaivén, me resultó tremendamente excitante. No porque fuera algo que no hubiera visto nunca, claro. Sobre todo, desde que trabajaba en este negocio había tenido la oportunidad de recibir mamadas de todo tipo y hechas por todo tipo de mujeres. Pero, en esta ocasión, ver que la zorra que te está comiendo la polla, como una auténtica profesional (y disfrutando a tope del asunto, como toda buena puta), era mi propia madre… ¡Vamos, eso era una sensación insuperable! En ese momento fue cuando tomé la decisión de ...
«12...567...14»