1. Sometida a su Hermano


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Transexuales Autor: lamascota, Fuente: SexoSinTabues30

    ... ¿no tienes alguna botana, unos cacahuates por ejemplo?
    
    —Beto, eso es mucho alcohol –le repliqué, mirándolo algo severa.
    
    —Te ves muy bonita –me dijo él, divertido, desarmándome al instante.
    
    —G-gracias –susurré, sonrojándome y recogiéndome el cabello de la frente.
    
    —¿Vas a clases así?
    
    —No, claro que no, ni siquiera a la esquina, sólo cuando estoy aquí.
    
    —¿Por qué?
    
    —¿Cómo por qué, bobo?
    
    —Sí, ¿por qué? —insistió él, alegre, dando otro trago a la lata.
    
    —Pues porque… porque… no puedo…
    
    —¿No?
    
    —No.
    
    —Qué lástima.
    
    —Sí, claro, qué lástima, pero así es por ahora.
    
    —Supongo que no por mucho.
    
    —¿No?
    
    —No, yo diría, unos cinco minutos –me dijo entonces, mirando su reloj.
    
    —¿Por qué cinco minutos? –le pregunté intrigada, levantando la ceja.
    
    —Pues, porque seguramente eso tardan más o menos mis compas en llegar, sólo fueron a comprar algo para comer.
    
    —¡¿Qué?! ¡¿Cuáles compas?!
    
    —Son los chicos nuevos del equipo, no hay problema, ninguno te conoce; la verdad los hago a veces que me compren la cena y otras cosas, ja, ja; sólo les dije que íbamos al depa de mi tía, no te apures –me explicó, con una calma que me puso los pelos de punta, sabiendo que hablaba bien en serio.
    
    —¡No, Beto! ¿Cómo se te ocurre… yo…?
    
    —Bueno, todavía te puedes ir a cambiar, pero créeme que te vez muy bien, seguro que nadie se da cuenta… ¡Oh!, demasiado tarde –exclamó, al escucharse un alboroto tras la puerta.
    
    —Es que estoy maquillada, y mis uñas… —intenté decirle, mirándome nerviosa las manos.
    
    —Sí, qué problema, ¿no?
    
    —¡No, Beto, no les abras, déjame siquiera…! –dije yo, asustada, nerviosa como nunca, pero ya Beto se dirigía hacia la puerta.
    
    —Pásenle, ¿si hallaron carne? ¡Excelente! Miren: mi primita –dijo Beto en voz muy alta dándole paso a unos seis o siete chicos, todos altos y corpulentos, como no podía sorprender de un equipo de futbol, y éstos, animados, tan sólo dijeron ‘Hola’ y se pasaron a la sala.
    
    Yo me quedé en mi sitio, mirándolos aterrada, sonrojadísima, atinando apenas a alzar la mano como respuesta a sus saludos, en tanto ellos se acomodaban y dejaban las cosas que compraran en la mesa y la cocina.
    
    —Anda, ven, te los presento –escuché decir a Beto a mi lado, y, como no me moví, me tomó del brazo y me llevó.
    
    —Beto, Beto… —le susurré, deteniéndolo—, es media semana, los demás vecinos se van a quejar.
    
    —No te apures, sólo estamos un rato, anda, ven –insistió y me tomó de la mano—. ¿Por cierto, cómo es que te llamas? –me preguntó bajo, divertido, volviéndose hacia mí un momento.
    
    —Pues… no sé… yo… —volví a susurrar, nerviosísima, sin atinar a decir ninguno de los posibles nombres que hasta ese momento había pensado.
    
    —¡Ah!, como sea. Equipo: mi prima… Cristina, un poco enojada porque no le trajimos coca de dieta –les dijo entonces, improvisando con la sola feminización de mi nombre.
    
    Ellos echaron la carcajada, Beto fue diciendo sus nombres y algunos me tomaron de la mano, otros me besaron en la ...
«12...101112...18»