1. Sometida a su Hermano


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Transexuales Autor: lamascota, Fuente: SexoSinTabues30

    ... herida.
    
    —Déjate ahí, menso, te la vas a infectar. Y no, no tengo cerveza.
    
    —Mmh… ¿un vinito, un rompope al menos?
    
    —No, sabes que no hay nada de eso aquí, a menos que tú lo traigas.
    
    Sólo entonces, al sentir el frío de la cocina a esa hora, me di cuenta de que andaba con sólo bragas y mi top para dormir. Así que, dejando la hamburguesa calentándose me regresé al cuarto, me puse unos pants y un suéter, volviendo a tiempo para voltearla y que no se quemara.
    
    —¿Vas a salir a algún lado?
    
    —No, menso, hace frío.
    
    —Yo no tengo frío.
    
    —Seguro que ahorita no sientes nada, con todo el alcohol que llevas en la sangre.
    
    —Mmhh… no me regañes, para eso mejor me voy con la loca ésa.
    
    —Pues vete con ella, ándale, seguro que te trata mejor que yo.
    
    —Ya no la cocines tanto, va a quedar puro carbón.
    
    —No exageres –dije, aunque igual la saqué del sartén, tomé un bollo y le coloqué mostaza, cátsup, mayonesa, unos cuantos chiles en vinagre, tal como sabía que le gustaba y se la tendí.
    
    —Gracias –dijo, devorándosela en dos bocados, ansioso, con mucha hambre de verdad.
    
    —¿Hace cuánto que no comías?
    
    —No sé, desde en la mañana, creo.
    
    —¿Crees?
    
    —Me fui con el Arturo y el Guille al partido desde la mañana y ya no me dio tiempo.
    
    —Pero sí que te dio tiempo de comprar cerveza.
    
    —La cerveza la venden ahí en el estadio, hermanita, nomás hay que pedirla –me replicó contento, chupándose los dedos.
    
    —¿Quieres otra? –le pregunté sentándome frente a él, del otro lado de la barra.
    
    —Pues… sí, je, je.
    
    —Tonto, dime antes y ya –le reñí en broma, echando un par de hamburguesas más al sartén aún caliente.
    
    —Sólo quiero una.
    
    —La otra es para mí, menso.
    
    —Ah.
    
    El sueño fue invadiéndome de nuevo, bostecé, y sin darme ninguna prisa preparé las hamburguesas, la mía sin mayonesa, sentándome luego a comer con él.
    
    —Tengo cocas, si quieres.
    
    —Pues… ya qué, es mejor que agua.
    
    Saqué del refri las dos latas y le di una.
    
    —¿De dieta? –exclamó, haciendo gestos al mirar la lata rojo con negro.
    
    —Sí, de dieta.
    
    —¿Para qué de dieta? Estás bien pinche flaca, por eso te da tanto frío.
    
    —Te hace daño tomar tanta azúcar.
    
    —Mmh… pues todo hace daño al perecer, mejor comer con gusto lo que quieres.
    
    —Ay, tómatela y ya.
    
    —Ya, pues, no dije nada.
    
    Tras terminarme mi hamburguesa, entrada algo en calor, ya no pude dejar de bostezar.
    
    —Anda, ya vete a dormir, yo ahorita me acomodo –me dijo entonces, bostezando él también, satisfecho el apetito.
    
    —Sí, creo que sí. Deja te traigo unas cobijas del cuarto –le dije y, levantándome perezosa, me fui a la habitación.
    
    Con cuidado puse el taburete y busqué en la parte alta del ropero, revolví un poco y tomé el par de cobijas extra, unas sábanas, dejándolo caer todo sobre la cama, y con cuidado volví a poner los pies en el suelo.
    
    —¡Aah! –grité de pronto, espantada, al sentirlo de repente tras de mí.
    
    —Ja, ja, tranquila, qué mala conciencia tienes –me dijo riendo.
    
    —Menso, me ...
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