1. Sometida a su Hermano


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Transexuales Autor: lamascota, Fuente: SexoSinTabues30

    ... espantaste, ahí está la cobija –le indiqué, señalándosela con un dedo.
    
    —Sí… ya la vi –me susurró y, haciéndome sentir su aliento alcohólico, se abrazó a mí.
    
    —¿Qué haces?
    
    —Nada, sólo te abrazo un poquito ¿no dijiste que tenías frío?
    
    —Estoy cansada, anda, ya vete a dormir.
    
    —Mmhh… ¿y si mejor me duermo aquí? –mencionó entonces, recargando su pelvis en mi trasero y olisqueando mi cuello.
    
    —Ay, hueles horrible, quítate –le dije, apartándolo con una mano.
    
    —Pues tú hueles muy rico… como siempre.
    
    —Suéltame, en serio, mañana tengo que ir a trabajar.
    
    —Pues no vayas.
    
    —Beto –le dije más firme, apartándome de él.
    
    —¿Qué?
    
    —No puedes… es que no… —comencé a decir algo fastidiada, mirándolo mirarme con esos ojitos de repente de cordero—. No puedes nomás venir aquí cuando se te pegue la gana.
    
    —Sí, ya sé, perdona… si quieres… me voy –susurró entonces, contrito, mirando al suelo y perdiendo la sonrisa.
    
    —No, no digo que te vayas… es que… Dios, Beto, ¿y para qué carajos tienes entonces a tu novia?
    
    —¿Estás celosa? –volvió a sonreírse, olvidado de lo que acababa de decir.
    
    —Puedes hacer lo que se te pegue la gana, siempre lo has hecho… pero no puedes… no puedes seguir viniendo aquí nada más cuando se te antoja.
    
    Se quedó entonces en silencio, mirando distraído la alfombra, la pared, el techo, hasta que al fin, resignado, tomó las cobijas de la cama y salió dando un resoplido.
    
    Tuve un primer impulso de retenerlo, de no dejarlo irse así mohíno, pero era en serio tarde, estaba muy cansada y de todas formas eso no iba a cambiar nada; seguiría siendo siempre el mismo. Volví a bostezar y apagué la luz, me acosté, quedándome al poco rato bien dormida.
    
    Unas horas después, sin embargo, ganándole como de costumbre un par de minutos a la alarma del reloj, lo encontré acostado a mi lado, todavía vestido, dormido como lirón, y no pude más que taparlo con la cobija y meterme a bañar.
    
    Ni siquiera con todo el ruido que hice lo desperté, seguro que estaba cansadísimo también, así que, tras acabarme de maquillar fui a la cocina y me desayuné sólo cereal con yogurt; tomé mi bolso, mis llaves, e iba ya a salir cuando, mirando luego al cuarto, decidí tardarme diez minutos más preparándole unos huevos con chorizo, le dejé un vaso de leche con chocolate y entonces sí salí casi corriendo a la parada del autobús…
    
    Aunque era casi tres años menor que yo, desde bien temprana edad pareció siempre mayor, nos lo decían todo el tiempo, y no faltaba nunca el que dudaba incluso de que fuésemos hermanos. De nacimiento muy robusto, muy pronto me pasó en estatura, en fortaleza, siendo ciertamente el orgullo de papá, que veía aliviado cómo al menos uno de sus vástagos heredaba su fuerte y orgullosa constitución masculina. Era como si toda la masculinidad que a mí me faltaba se hubiera quedada atrapada en el útero de mamá y saliera toda luego con mi hermano, quien no tardó mucho en pasar en estatura a papá al llegar la adolescencia, mientras yo, por ...
«1234...18»