1. La Libertad III_30: día 12_apuesta


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Incesto Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... Ahhhhhmmmm jodeeeer… mmmmmm Pablohhhh…
    
    Entonces mi primo tomó la jarra que habíamos llenado de leche fría y me miró, entre travieso y amenazante, absurdamente amenazante para ser un niño de su edad.
    
    - Quiero que seas mi vaquita, Laura… quiero comer tu leche…
    
    - Pablohhh… - fue lo único que conseguí decir cuando él, por fin, liberó mi pezón y me empezó a echar un delgado hilo de leche fría por el canalillo entre las tetas, hundiendo allí su carita para lamer ávidamente el líquido cremoso calentado por mi cuerpo ardiente.
    
    Lenta y delicadamente iba soltando leche sobre mis pechos, que se movían agitados y jadeantes, mientras él me los comía con delicadeza extrema, a besos realmente, besos y lamidas amplias y lascivas, que pese a todo trataban de evitar los pezones, limitándose a alguna ocasional pasada veloz por las abultadas areolas, y concentrándose sobre todo en mi generoso canalillo, en el que tendía a concentrarse todo aquel blanco líquido emulsionado con mi sudor.
    
    - Por dios, Pablohhh… - le decía, empezando a acariciar involuntariamente su pelo revuelto y dorado, mientras me revolvía de placer.
    
    - Slurp, slurp, slurp… - mi primo no daba más contestación que sus continuos lametones y chupadas en mis tetas.
    
    - No podemos seguir primo… no… esto no está bien – me sorprendí hasta a mí misma cuando me escuché pronunciando aquello – no eres más que un niño… - maldición, pensé, aquellas palabras ¿por qué había vuelto a caer otra vez en lo mismo? ¿iba a acabar tan de repente aquel momento perfecto volviendo a la oscuridad absurda de meses atrás? Lo había dicho impulsivamente, sin pensar, pero es que me estaba poniendo tan bruta lo que me estaba haciendo Pablo que, por un momento, sentía que se me iba a ir todo de las manos.
    
    - Ah… ¿con que ahora soy un niño? - me dijo levantando súbitamente la cabeza, con una mirada fiera y retadora que me dejó helada - ¿y qué vas a hacer entonces con este niño, Laura? – clavó sus ojos azules en mí, y sonrió maliciosamente mientras me ponía la jarra de leche en la mano - ¿vas a darme de comer, Laura? ¿vas a dar de mamar a este niño? Quiero ser tu bebé, prima… - me dijo de pronto, estirándose desde su silla para recostarse sobre mis muslos.
    
    Instintivamente pasé una mano bajo su cabeza para recogerla, ya que con el impulso y lo inestable de su nueva e incómoda postura me pareció que se iba a caer. De repente me vi allí, con mi pequeño primo tumbado en mi regazo, entre mis brazos. Y, siguiendo un instinto irrefrenable, acerqué mi pecho a su boca. Él estaba recogido contra mi cuerpo, como un auténtico bebé hiperdesarrollado, con los ojos cerrados. Guiándose por el olor quizás, por el calor de mi pecho, por su hambre de mí, infinita y profunda, avanzó la carita, rodeó con su nariz un par de veces mi enorme pezón de piedra volcánica, me olisqueó. Olía a leche. Olía a mi sudor y sus babas. Olía a sexo, fuerte, a esencia pegada de mi coño. Olía a ganas. A mis ganas. A ganas de puta, a esas ganas que no ...
«12...567...24»