1. La Libertad III_30: día 12_apuesta


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Incesto Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... decidir. Si aquel momento no se estiraba más allá de la cuenta, la perfección de lo que le había hecho a mi primo en el baño, la claridad de mi entrega, bastaría para mantener aquel equilibrio precario que había alcanzado con él, y para poder presentarme ante mis amigas pudiendo decir que había cumplido con los deberes que me habían puesto antes de marcharse. Y ya, cuando ellas regresaran, veríamos cómo continuar la cosa… Evidentemente, confiaba que no tardaran en aparecer, ya que el nivel de calentura que teníamos Pablo y yo era considerable, y temía no poder aguantar, y aquello significaba que podía acabar cediéndolo todo sin más, hasta el final, o bien emprender un repliegue inaceptable a aquellas alturas hasta posiciones pasadas y ya por completo inasumibles por ninguno de ellos tres.
    
    Pero en el momento en que nos sentamos a desayunar todo parecía perfecto y mi plan, por liviano que fuera, parecía capaz de llevarme sin problemas por encima de aquel día que había empezado tan eróticamente. Para mi sorpresa, el desayuno con Pablo se hizo fácil, divertido, estimulante. Pablo siempre ha sido muy hablador, muy comunicativo, y desde niño, desde niño de verdad me refiero, siempre me contaba montones de cosas cuando nos veíamos. Claro, yo siempre era como que jugaba a hablar con él, a forzar conversaciones impostadamente adultas, que él vivía con toda la naturalidad de su tierna edad, como si estuviera experimentando con lo que suponía ser un adulto. Lo cierto era que siempre había tenido una conversación notablemente madura para su edad, y eso facilitaba la relación con él aunque, como es inevitable, yo nunca le había tomado realmente en serio, por lo que siempre tenía en realidad la sensación de estar hablando con un niño. Incluso aquel último año, después de haberme entregado físicamente a él el verano anterior, después de meses jugando al gato y al ratón, regalándole mi coño y mis tetas y mi boca, disfrutando de su rabo en mi boca y de cada vez que me sodomizaba como un animal, incluso entonces, y más todavía en los meses que vinieron después, en que le empecé a negar insistentemente todo a cuanto le había entregado derecho sobre mí en aquel momento inicial, siempre le había tratado como un niño, y cada vez lo fui haciendo más, un niño travieso al que debía educar, y al que tenía castigado por su comportamiento inadecuado.
    
    Y, sin embargo, de repente me vi hablando con un amigo de toda la vida. O con una amiga, quizás, dada la naturalidad con la que tocábamos temas cada vez más personales e íntimos. Así vestidos como íbamos, además. O así desnudos, debería decir. De repente me vi contándole cosas que solo a mis amigas más íntimas les contaba. A Nur y Meri, desde luego, a Ana, y poco más. Jamás con ningún chico, lo máximo con Guille o Javito, así de desnudos y más, después de… ¿Qué había cambiado? ¿Realmente había madurado él? ¿O era yo la que había madurado? La que había conseguido, por fin, liberar a mi mente de prejuicios…
    
    Nuestra ...
«1234...24»