Compartiendo Familia 5 - Relatos Eróticos

Compartiendo Familia 5

... no me moví ni un centímetro, ningún movimiento hasta resolver qué carajo estaba pasando. Sentía la mano de Alicia sujetar firmemente mi bulto.

– Ta-tambien pensé que el vivir aquí sería diferente. Vale y yo somos muy activos en relación al se-sexo. No esperaba que de repente Vale decidiera n

– Cerrar las piernas- completo Alicia interrumpiendo

– Bueno, no lo iba a decir a-así

– No importa cómo lo digas cariño, esto de aquí habla por ti, mira como lo tienes- dijo Alicia mirando mi paquete, mientras su mano se movía ligeramente.

Esa mirada de Alicia la había visto cientos de veces, la lujuria reflejada en su ojos y el deseo en su labios. Solo que está expresión no la había visto en ella, sino en Valentina, su hija por supuesto. Esa mirada tan característica de mi Vale cachonda, ahora era su madre quien miraba así. Y todo tuvo un nuevo sentido para mí. El primer impacto y lo inverosímil del asunto me había shockeado un poco, pero sentir la mano de mi suegra moverse lentamente mientras sujetaba mi miembro fue una revelación, lo tenía claro. (Faltaría más…)

– ¿Sabes? Lo más difícil no es el rechazo de Vale a tener sexo - comenté

– ¿No? ¿Entonces qué es?

Alicia respondía pero su mirada estaba fija en mi bulto, note como se mordía ligeramente el labio y el meneo en mi paquete era más evidente

– Es estar constantemente excitado. Cómo bien dijiste hace rato, vivir aquí con tres mujeres…

– Lo he notado Demi, todo el tiempo andas por ahí con este paquete bien marcado.

– Pero ahora entiendo que quizá no soy el único que lo pasa mal.-dije sugerente, Alicia levantó la vista para mirarme y sonrió

– Yo no lo paso mal cariño, me divierto. Solo que ahora mismo tengo un poco de curiosidad y como estamos en confianza…

– Se siente muy bien estar en confianza contigo

Su mano sobaba con descaro la longitud de mi miembro bajo el short, ella nuevamente tenía la mirada perdida en mi entrepierna. Durante la plática poco a poco se había ido pegando a mi, ahora la tenía recargada en mi hombro y el aroma de su cabello me invadía.

– Me está lastimando un poco el short Alicia, te importa si lo bajo un poco.

– Y el boxer? Mejor quitatelo todo cariño.

Y eso hice, sin levantarme recorrí mi boxer y el short hasta sacarlo de mis piernas. Mi pene quedó totalmente erguido, firme. Sentí un gran placer al ver el rostro de Alicia, fascinada con el tamaño de mi erección.

– Así está mejor- suspiré con alivio

– Ay mi niño, como no te va a lastimar. Y pensar que así andas todo el día, todo apretado.

Como un imán, vi la mano de Alicia dirigirse a mi pene parado. Lo tomó desde la base y cerró la palma, su mano solo cubría una tercera parte de la longitud de mi miembro y por el ancho no alcanzaba a cerrarla por completo.

– Que gorda la tienes Demi- decía Alicia junto a mi, mientras comenzaba un lento movimiento de arriba a abajo con su mano.

– Esto se siente muy bien Alicia

– Que bueno que te guste cariño

El lento ...