1. LAS MUJERES DE MI FAMILIA. (3) – FINAL.


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Hetero Incesto Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    ... esperes más, dejámela sentir”, -exigió y le di el gusto-.
    
    Entré despacio en ella mientras le apretaba las nalgas con mis manos y escucharla vociferar me ponía a mil, mi miembro me transmitía cada uno de sus pliegues interiores y mis oídos absorbían sus lamentaciones por el“pedazo” que se estaba“tragando”. Cogerme a mi hermana mayor y antes a mi madre y a mi hermana del medio era una de las cosas que le tenía que agradecer a la nueva oportunidad de vida, lo mejor era saber que, guardando algunas formas para no descubrirnos, las podría tener cuando quisiera, a cuál de ellas con más ganas de dar y recibir.
    
    Otra vez el culo“familiar” y la fijación anal me ayudaban a bombear y bombear sin queLuciana parara de disfrutar, luego de su segundo orgasmo ya tenía ganas de guardarla en su estuche trasero y le dije sobrepasando el tono de sus gemidos:“Hermanita, preparate porque te voy a hacer la cola”, -acoté jugando con medio dedo en su interior-. La sentí contraerse ante mis palabras y expresó:“Me da miedoMaxi, la tenés muy grande y allí nunca entró nada tan grande, mi marido apenas si llega a la mitad de tu tamaño y es al único que lo dejo, a veces”. No creí que estuviera muy convencida de negarse y le dije que intentaríamos con la crema y despacio hasta saber cuánto aguantaba.“Igual me va a doler, pero eso sí, montame quiero estar boca abajo y sentir tu cuerpo sobre el mío”, -dijo estirándose en la cama-.
    
    El espectáculo fue impagable, sus nalgas quedaban paradas aun cuando estaba estirada y tomé la crema para dedicarme a penetrarla, dilatarla y estimularla con los dedos.“Esto es espectacular, me estás enloqueciendo, mi marido usa solo saliva y me provoca mucho dolor, pero ahora hasta tengo ganas de que me metas tu “garrote”, dale, dale, no esperes más”, -pidió luego de gemir como descocida al hacer girar mis dos y tres dedos en su culito estrecho-.“No esperes más” había dicho y, luego de abrir las nalgas con sus manos, mi glande buscó su hueco chiquito, semi dilatado y, a partir de ese momento, aguantador.
    
    Mi hermana mayor se retorcía, pedía sollozando que se la sacara, que no la aguantaba, golpeaba la cama con sus puños, pero yo, con un cuarto de verga hundida en su culito, ni loco retrocedería, al contrario, empujé con ganas cuando se aflojó entregada sabiendo que no cejaría en mi empeño, fue como decir“ma’ si, dale metela toda” y fue lo que hice. Siguió tragando mocos por un momento más al no detenerme para esperar ningún tipo de acostumbramiento y después, sin decirlo con palabras, se declaró vencida.
    
    Se le habían pasado los modos pizpiretos y su supuesta soltura, el macho que tenía encima la estaba sometiendo a su voluntad y no estaba por la labor de negarse a más nada. La cabeza le debe haber hecho como un“click” imperceptible y comenzó a moverse aumentando sus movimientos para tratar de acoplarse a mis entradas y salidas.“No podés tener tanto aguante, me rompiste el culito, me cogiste por todos lados y todavía seguís con ganas y duro ...
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