1. Club de adictos a las MILFs (8)


    Fecha: 14/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... porque dadas las circunstancias era lo más práctico—. Y no sé, cuando pasó eso fue como que me di por vencida —siguió diciendo—. Ya está, pensé. Lo va a hacer. No lo voy a poder parar. Mejor que lo haga y que me lleve a mi casa. A ver si por negarme terminaba descuartizada como tantas otras mujeres que salen por la televisión todos los días. Así que de repente estábamos en el asiento de atrás. Yo no hice nada, pero dejé que hiciera lo suyo. No opuse resistencia por miedo, pero tampoco volví a intentar persuadirlo. Cuando terminó, le pedí que por favor me llevara a casa. Me dijo que le había encantado, y ahora sí, me pidió mi número. Yo se lo di. No suelo mentir al dar mi número porque tengo miedo de que lo corroboren en ese momento, y que se den cuenta de que estoy mintiendo. Así que se lo di. Al otro día me llamó como veinte veces. Literalmente, veinte veces —remarcó—. Así que lo atendí. Esta vez le dije que en realidad estaba en pareja, que por favor no me llamara más, porque me metería en problemas. Hasta le pedí perdón por no habérselo dicho antes. ¿Te das cuenta? Qué locura. Obvio que eso no bastó para que desistiera, pero al menos dejó de ser tan intenso. Durante mucho tiempo, cuando salía de casa, miraba a todas partes, para ver si andaba rondando por el barrio. Nunca llegué a verlo, pero no me caben dudas de que lo habrá hecho más de una vez.
    
    Mamá se puso de pie. Era evidente que se acababa de sacar un enorme peso de encima. No se me escapaba que lo que me acababa de enterar era oro puro para el club, pero tendría que pensar seriamente en qué momento lo compartiría con los chicos. Además, todavía podía sacarle más jugo a la cosa. Había algo en particular que me carcomía la cabeza.
    
    —Má, ¿puedo preguntarte algo que quizás te moleste mucho? —dije.
    
    —Ya me imagino —dijo ella—. ¿Querés saber si no sería que él había creído que yo realmente quería que me coja? —preguntó después.
    
    Quedé asombrado de lo directa que fue al largar la última palabra. Si bien estábamos hablando de algo íntimo, hasta el momento se había guardado mucho de no usar un lenguaje como ese.
    
    —Bueno. Solo digo… Vos no te negaste de manera rotunda, ¿no? —Esgrimí—. En ningún momento le dijiste que no querías mantener relaciones sexuales con él. Solo le dijiste que tenías que regresar a tu casa cuanto antes. Digo, entiendo que era una indirecta, pero, ¿No sería que él no se percató de eso?
    
    —Eso fue lo que pensé por un tiempo —respondió ella—. Me eché la culpa a mí misma por tener relaciones con alguien que no me atraía en absoluto. Rememoré cada cosa que le había dicho, y me decía a mí misma que no había sido lo suficientemente tajante. Que yo lo había provocado. Que lo que sucedió fue porque lo permití. Traté de convencerme de que solo había sido un mal polvo, y que no había sufrido un abuso.
    
    —¿Y entonces? —pregunté.
    
    —Entonces… Después de un tiempo, en lugar de cuestionarme a mí misma, hubo una vez en la que me puse en el lugar de él. Traté de verlo todo ...