1. Francés con un francés I y II


    Fecha: 31/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Bennasar, Fuente: TodoRelatos

    ... aparecer y si no aparece hemos disfrutado- También me costó entender lo de disfrutado que seguro está mal traducido.
    
    -Me encantaría disfrutar. Eres una de las personas más guapas que he conocido en mi vida aunque un poco joven.
    
    -Tengo 17 años, me falta poco paro los 18. A los jóvenes nos gustan los amores- Seguro que no dijo eso pero algo parecido y abrió los brazos con una sonrisa irónica a la espera de los míos. Indudablemente no me lo creía pero por si acaso no podía desaprovechar la ocasión y pude sentir el cuerpo más delicioso que haya sentido nunca. Ella mucho más lanzada que yo me buscó los labios y nos besamos. Era un regalo del Universo, algo bueno habría hecho en algún momento y esto era el kharma bueno. Su cuerpo era tan dulce como sus besos. No pude evitar empezar a usar las manos y la empecé acariciar todo el cuerpo mientras nos besábamos, ella me acarició el pene que parecía un cohete espacial. Pensé que no tenía mucho tiempo así que, tras reconocer su cuerpo con mis manos tardé poco en ir por su clítoris, suponía, con acierto, que ya tan jóvenes tenían clítoris y lo tenía y era tan delicioso como lo demás, desgraciadamente no lo vi, me habría gustado verlo además de tocarlo, hacerle incluso una foto para hacerme pajas el resto de mi vida y busqué su orgasmo que apareció puntual. Ella misma me dirigió el pene y se lo introdujo. Para nada era virgen, solo me pidió que no me corriese dentro y me salí cuando llegó el momento, como mucho pude embarazar a una sirena que pasase por ahí. Todo podía ocurrir si yo había hecho el amor con Claire. Me sentía como dentro de un cuento de hadas, quizás de la versión adulta.
    
    -Quizás deberíamos salir, no estoy tan seguro como tú que tu padre me abrazase si me ve abrazado contigo, incluso es embarazoso que me abrace estando los dos desnudos- Se rió
    
    -Los hombres y sus prejuicios. Vale, pero no pasaría nada- Como despedida la volví a abrazar y volví a caer en el embrujo de su cuerpo. Volvió a aparecer la necesidad de acariciarla, volví a sentir su clítoris y ahora que sabía que no era virgen metí mis dedos centrales a buscar la dirección del famoso punto G, la encontré y llamé tanto a su puerta que me recompensó con otro delicioso orgasmo más fuerte que el anterior que trascurrió con su cabeza en mi pecho y su pelvis saltando, supongo de alegría. Tras lo cual caminamos de la mano hacia la arena, al salir nos dimos tres besos, al modo francés.
    
    -No sé tu nombre.
    
    -Jaime.
    
    -Muchas gracias Jaime.
    
    -¿Muchas gracias y me has proporcionado uno de los momentos más deliciosos de mi vida? Mira como me voy- señalé mi pene erecto riendo ambos y nos separamos y eché a correr para exponer el mínimo tiempo esa erección.
    
    Según empezaron a asomar en mi cabeza ciertas preguntas sobre lo que acababa de pasar apareció Leo.
    
    -Hola, mi amor, muchas gracias.
    
    -Tengo suerte, todo el mundo me da las gracias.
    
    -¿Quién te ha dado las gracias? Dejé un tiempo razonable en suspenso la ...