Francés con un francés I y II - Relatos Eróticos

Francés con un francés I y II

... respuesta.

-Claire- Leo no terminaba de tumbarse en la toalla.

-¿Claire? Estás en plan misterioso ¿Quién es Claire?

-Es verdad que juego un poco al misterio- proseguí risueño.

-Temía encontrarte malhumorado, pero no esperaba verte tan alegre. Cuenta.

-Túmbate y bésame primero- Se tumbó y me besó en los labios. -Claire es la hija de tu francés. ¿Quieres que te cuente yo primero o me cuentas tú?

-Indudablemente tú, lo mío es previsible, tócame, todavía sentirás placer que me emana de la piel, lo tuyo inesperado aunque solo sea el que conozcas su nombre.

-Erase que se era que me fui a bañar para distraer el tiempo. Desde dentro del agua vi acercarse a la que poco después se llamaría Claire, hasta entonces conocida, solo, como hija del francés. Indudablemente estaba jugando a darle algo de emoción. Ella lo entendió correctamente.

-Al grano.

-Te voy a dar una pista: si pongo suspense es porque estoy algo eufórico.

-No termino de pillar la pista.

-Te daré otra: Si tu tenía de fondo el chorro de la ducha, yo, las olas del mar.

-No estoy segura de entender. ¿Me estás diciendo que has follado con la niña?

-Bien. Eres buena... aparte de estarlo- Aquí acerqué la mano y se la pasé por el culo, ella me la apartó con suavidad.

-Creí que no ibas a hacerlo porque era una niña.

-Es verdad que lo dije, pero tú sabes lo difícil que es resistirte a tanta belleza. ¿Tú sabes lo guapa que es de cerca? y es niña, pero un poco menos.

-¿Es más guapa que yo?

-Seguro que el francés es mas guapo que yo y objetivamente su hija debe ser algo más guapa que tú, pero para mí eres lo más guapo del mundo.

-No seas zalamero, no tengo claro que me guste lo que me cuentas.

-Se me ocurre que vayamos a comer y en la siesta, si quieres, seguimos contando. Así además habrás tenido tiempo de digerirlo, que sé que es difícil.

Al levantarnos saludamos a los franceses, Leo, abiertamente, con la mano, yo, cautamente, con la cabeza y por supuesto, mirando más a la hija pero eso no se apreciaría en la distancia. Ambos devolvieron el saludo y dos sonrisas que si no sabías solo eran sonrisas pero sabiendo significaban <>.

Comimos y nos tumbamos para la siesta.

-Me alegra que hayas follado con Claire pero no puedo evitar que me de celos. Me dijo mientras se acurrucaba en mis brazos.

-Guapa, solo hay una Leo en mi vida y es tan preciosa que asusta.

-Si empiezas así no nos va a hacer falta contar nuestras experiencias para calentarnos.

-Nunca hizo falta, me gustas todo lo que se puede gustar. Me gustas tanto que hasta me gusta que tengas la piel impregnada de placer y que el amigo galo te la haya metido por aquí y- y llevé mi mano a señalar y hurgar en el sitio. Pero con el nuevo giro de los acontecimientos no lo hice para ponerme caliente, si no que lo utilicé como escusa, innecesaria, para llegar a su coño, ella apretó mi mano riendo.

-Me he lavado todo lo que he podido para eliminar los restos de semen del francés que ...