1. Próxima reunión familiar 1


    Fecha: 11/10/2019, Categorías: Incesto Autor: brendy, Fuente: SexoSinTabues30

    ... una ocasión los encontré besándose. Supe qué hacían más que eso cuando lo vi salir de la casa despeinado. Me enojé al principio, pero me recordaban a María y a mí, así que mientras no la preñara, no encontraba problema.
    
    -¿Cómo sabes que somos tus hijas?
    
    Eso pareció hacerle gracia.
    
    -Porque cuando no estaba embarazada, me llevaba a tu mami a otro lugar. Uno de esos fue nuestra casa en la sierra, lejos de todo. Sólo me dedicaba a follarla y manejar negocios por teléfono. Ella disfrutaba del sexo, pero extrañaba a su hermano.
    
    Me miré las manos. Eso me provocaba otra pregunta.
    
    -¿Cuándo se fue? – pregunté con los ojos saturándose de lágrimas.
    
    -Ay, mi vida. Cuando se embarazó de ti, me dijo que serías la última de ella y yo. No podía estar más lejos de su querido hermano, así que se fue en cuanto te tuvo. Ni siquiera sé si te dio pecho alguna vez… lo siento.
    
    Agité la cabeza para quitarme esos sentimientos.
    
    -¿Y en la familia alguien más hace esto? Me refiero a… reproducirse en familia.
    
    Me pasó un brazo por encima de los hombros y me llevó hacia él. Mi cabeza quedó sobre su hombro.
    
    -Tu mamá y su hermano tuvieron un hijo. Se llama Oscar, ha de tener unos diez u once años. Y mi hermana… no lo sé.
    
    -y ¿por qué no nos has embarazado?
    
    Lo miré a los ojos. Él sonrió con malicia.
    
    -Tu hermana Cassandra ha tenido un par de abortos porque quiere dedicarse al modelaje, pero vaya que mi leche la ha dejado preñada. En cuanto a Mara, no sé, supongo que ha sido mala suerte.
    
    Me puse de rodillas en el sillón. Mi rostro estaba cerca del suyo. De nuevo tenía mucho calor como en la cama con Lucrecia.
    
    -Y conmigo nunca lo has intentado – lo besé. Introduje mi lengua en su boca y él, como reflejo, lo hizo en la mía. – Te prometo que conmigo lo lograrás.
    
    Su bata se abrió. Su verga, un gran trozo que muchas veces había visto en la casa, usualmente cerca de mis hermanas o en el sofá mientras una película porno era proyectada, se abrió paso, como si me invitara.
    
    -¿Estás segura hija? Tu mamá era chica, pero incluso con ella hubo pleitos y problemas con las autoridades.
    
    -¿A qué le debemos temer, pá? El dinero es para no tener que lidiar con esos problemas. No me importa lo que digan ni lo que otros piensen. Yo sólo quiero… – Pensé rápido. ¿Qué quería? Quería eso que sentí con Lucrecia, pero, sobre todo, quería dejar de sentirme niña, la única menor cuando las demás hacían cosas de grandes. Quería placer y complacer, quería ser parte de los jugueteos de papá. Y sobre todo… – quiero seguir la tradición.
    
    Me senté en el regazo de papá. Montaba, lo besaba y me frotaba. A primera vista ese pene era enorme, imposible de introducirse en mí, pero mis hermanas tenían una vagina de un tamaño similar y parecían desempeñarse bien. El problema consistía en que yo era nueva, era mi primera vez. Lucrecia me había metido los dedos un día antes y aun así me sentía menos apretada. Sólo me frotaba de esa forma instintiva para mojarme más. Las manos ...
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