1. Relatos cortos 9. Linda, mi esposa


    Fecha: 03/10/2019, Categorías: Incesto Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues30

    ... boca abajo y le unté lubricante en su entrepierna y me subí en ella mi verga se deslizo sobre su raja, mis empujes eran intensos, Lisa se defendía empujando su caderita hacia arriba, terminé eyaculando, acabé exhausto, Lisa se puso a mamarme, me sorprendió eso.
    
    Cuando sintió que ya no había leche se acostó a mi lado y se quedó profundamente dormida, yo me levanté por un vaso de agua, cuando pasé por la habitación de los niños, Jenny estaba montada en su hermano menor, las sábanas los cubrían, pero podía ver el movimiento de cadera de Jenny, Linda estaba sentada en la cama dándole besitos a mi hija menor, su mano se movía bajo las sábanas a nivel de la entrepierna.
    
    Me quedé mirando un rato, creo que Linda sintió mi presencia, volteo a la puerta y me miró, se levantó tranquilamente y cerró dejándome sin visión de lo que hacían ellos dentro, fui a la cocina tomé mi vaso de agua y regresé a mi habitación, decidí mejor cerrar la boca y no preguntar, después todo había desarrollado otra erección y tenía a mi otra hija Lisa para disfrutar, termine eyaculando con ella medio dormida y mi glande enterrado en su ano infantil, solo metí la punta, pero fue suficiente para que le deje un pequeño enema.
    
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    Bueno, los niños se volvieron más aventureros, con Jenny liderando el grupo nos espiaban cuando teníamos sexo Linda y yo, traté de decirle, pero ella negaba todo moviéndose y gritando con mi verga en su culo como si quisiera dar un espectáculo; los niños empezaron a ponerse sus pijamas cada vez más temprano, como queriendo ir a la cama desde temprana la noche, a veces apenas eran las 6 de la tarde y ellos ya insistía en que Linda los llevara a la cama, sobre eso Jenny comenzó a usar camisones más sexys y pronto Lisa comenzó a seguir su ejemplo.
    
    Un día, Jenny salió a cenar con una camisa sin bragas. Podías ver sus pezones hinchados y los pocos pelos que habían comenzado a crecer en su coño calvo, pero Linda nunca dijo una palabra. Por supuesto, la noche siguiente, Lisa tuvo que copiar a su hermana mayor.
    
    Freddy, naturalmente, se dedicó a deambular con nada más que su bóxer. Sé que Linda vio sus frecuentes erecciones, porque la vi mirándolas cuando pensó que nadie la estaba mirando. ¿Qué estaba pasando por su mente? No tengo idea.
    
    Mi nariz y oídos me avisaban que algo pasaba en el cuarto de los niños, sonidos similares a gemidos, frases muy bajitas de placer salían de la boca de mis hijas ¿Y Linda? Ella solo me decía que eran alucinaciones mías, que ella vigilaba de cerca a nuestros hijos para prevenir hechos lamentables, eso nunca me tranquilizó.
    
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    En una ocasión llegué más temprano que de costumbre y cuando cerré la puerta vi a Linda saliendo apresuradamente del cuarto de los niños, se acomodaba su vestido holgado, trataba de lucir tranquila ante mí, pero el rubor de sus mejillas delataban que algo pasaba.
    
    Cuando pasé frente a la de los niños vi a nuestro hijo tapándose rápidamente con las sábanas, pero antes de hacerlo ...
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