1. Relatos cortos 9. Linda, mi esposa


    Fecha: 03/10/2019, Categorías: Incesto Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues30

    ... llamábamos, yo me quedé respirando sobreexcitado con mi verga aún dura, Linda regresó me vio, me sonrió y me cabalgo como solo ella sabía, estaba muy excitada, ella sola se metió tres dedos a su culo ensalivándolo y dilatándolo y en esa misma posición se auto sodomizó, su orgasmo fue intenso entre gemidos, gruñidos y movimientos bruscos con mi verga muy enterrada en ella.
    
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    Para ese entonces, ya teníamos a Jenny de 6, Freddy de 5, Lisa de 3 en la habitación de los niños y una nueva bebé llamada Amy la cual se quedó en nuestra habitación.
    
    Y todo fue culpa de Linda, vuelvo a repetirlo porque eso me queda claro, ¿y cómo lo explico? Pues bien, a veces cuando cogíamos y ella me montaba (cabe decir que nuestros encuentros siempre fueron apasionados y muy intensos, cogíamos de mil formas y por todos sus huecos), se acerba a mi oído y me decía mientras sus caderas se balaceaban como una amazona con mi verga dentro.
    
    Yo me quedaba callado, ella se movía muy intenso volviendo a susurrarme al oído.
    
    Cuando estaba en mi punto máximo de placer, se quitaba y salía de la habitación, para después regresar con Jenny de la mano solo en pantaleta; la subía a horcajadas sobre mí y ponía mi verga en la entrada de su rajita, la pantaleta la protegía de ser penetrada, pero no evitaba que mis caderas se movieran de forma involuntaria y mis manos la sujetaran de sus nalguitas, Linda se acercaba a mí y mientras me besaba decía cosas que me hacía volar.
    
    Mi leche salía explorando sobre la rajita y su pantaleta, la niña quedaba toda manchada, Linda primero limpiaba mi verga y después a la niña, mientras hacía eso Jenny, mi pequeña bebé, me besaba pasando su lengua por mis labios, mi verga muchas veces se erectaba de nuevo, pero Linda se llevaba a Jenny a su recámara y después regresa y me montaba como ella sabía que me gustaba, yo solo volvía a eyacular en su raja escuchando sus palabras que me elevaban, como íbamos a partirle el culo a mi hija.
    
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    Con la recesión, los recortes y todo lo demás, mi trabajo no mejoró mucho, pero sobrevivimos. Y por eso mismo comprar un nuevo hogar más grande estaba fuera de nuestro alcance.
    
    Cuando Amy creció lo suficiente como para notar las cosas que su madre y yo hacíamos (A veces con Jenny, porque tengo que mencionar que ya era una rutina en nuestra vida sexual), también tuvimos que trasladarla a la habitación de los niños. Todos se llevaron tan bien como era de esperar.
    
    Una cosa que me desconcertó fue que mi esposa instaló dos camas dobles allí, en lugar de dos juegos de literas. Lo sé, lo sé, obtuvo una gran oferta cuando los compró, y no podíamos pagar nada más caro, pero estoy seguro de que podría haber encontrado algo más si realmente lo hubiera intentado; así que ahora Jenny dormía con su hermano menor Fredy y Amy con su hermana mayor Lisa.
    
    Linda todas las noches iba a sus camas a arroparlos para dormir, se tardaba mucho, los niños siempre eran todo risitas con ella, a veces me desesperaba porque ...
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