La impasible e insaciable mujer de negro. - Relatos Eróticos

La impasible e insaciable mujer de negro.

... se hace la indignada y yo estoy en silencio, esperando poder intervenir y hacer de coartada a Nuria, pero Victoria ha interrumpido lo que decía su amiga para decirle... “Hija mía... que los dos sois mayorcitos ya, pero he llegado a esas conclusiones, por algo que tienes en el pelo” me fijo y lleva un poco de semen.

Nuria se mira en un espejo, va al baño y mientras Victoria me dice... “YA TE VALE... por lo menos me tenías que haber avisado” me encojo de hombros y Nuria esta vez regresa con cara de circunstancias, pero nada preocupante. Hice un cambio de tema rápidamente y dije que era hora de cenar. La conversación de la cena versó más en anécdotas pasadas de las dos. Escuchaba y aportaba poco, por no decir nada. Lo que si me daba cuenta de que Victoria se había pasado con el vino y Nuria nos invitó a pasar la noche allí. Victoria decía rotundamente que ella se marchaba al hotel y era el momento de desaparecer, por lo que me lleve unas cosas a la cocina. Lo que aprovechó Nuria para decirle... “Amiga no me jodas la noche... no seas cabrona, que, si tú te quedas seguro que él también” y cuando regreso, Victoria dice que lo ha pensado mejor y que prefiere quedarse.

Eso llevó a que al final nos acostáramos cerca de las dos de la mañana y porque dije que me tocaba madrugar que tenía la reunión con el amigo con el que tenía que preparar el nuevo viaje. Nuria me dice cuál es mi habitación, no tarde nada en ducharme y en meterme desnudo en la cama. 37’ después, Nuria abre la puerta con una bata semitransparente abierta, que poco tapaba su desnudez. Me mira se gira, hace una parada de segundos, una parada estratégica, para que se vea bien las transparencias y su lindo culito. Me levanto desnudo y la sigo, vamos a su habitación ella deja caer peliculeramente la bata, pero reconozco que lo hace con mucho morbo. La habitación es muy grande al igual que la cama. Se queda de pie, dándome la espalda y pegada a la cama.

Me pongo detrás de ella y nuestros cuerpos ya están pegados, esta vez sus movimientos son más contundentes y se mueve de tal manera, que alzándose un poco y con ayuda de una de sus manos, se coloca mi polla entre las piernas, suelta un bufido de placer. No la voy a dejar llevar la iniciativa, porque veo que no se quiere esperar, quiere que se la meta de nuevo y no... la empujo un poco para que caiga en la cama y le doy la vuelta, me apetece comerme su coñito. No lo hago directamente, hago lo que me gusta, acariciar, lamer y hacer que desee que la coma entera, logro que baje sus barreras y que solo desee gozar. Una vez que llego a tocar con mi lengua su clítoris casi tiene un orgasmo, por eso fue solo un leve contacto. Hasta que abarco completamente con mis labios su coñito, absorbo su clítoris, lo atrapo con mis labios y se lo castigo con mi lengua suavemente.

Su cintura se levanta, alza su culo, para que me la pueda comer mejor y en ese momento estalla en un gran orgasmo, con su cuerpo contorsionándose, tarda segundos en recuperarse y ...