1. La impasible e insaciable mujer de negro.


    Fecha: 30/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: CARTUZ, Fuente: TodoRelatos

    ... me dice que se la meta, pero tampoco le hago caso. Le doy la vuelta, dejándola boca abajo, de nuevo vuelvo a disfrutar y disponer de su cuerpo. La lleno de besos, caricias, lamidas y como no, cuando más excitada la veo, azoto suavemente su culito. Leve queja por su parte, con los dedos de una mano follo su coñito, que hace de nuevo que su cuerpo reaccione moviéndose, se mueve de un lado para otro, pero también levanta su culo para que mis dedos entren mejor. En ese momento que levanta el culo aprovecho para azotárselo con más ganas, un intenso bufido, pero nada de queja, lo que me anima a seguir y a subir la intensidad, la fuerza.
    
    Sus nalgas están con un buen color rojo, lo que me excita mucho. De nuevo se corre, solo con mis dedos y mis azotes, no sé si era que tenía los orgasmos con facilidad o la abstinencia que había tenido. Me coloco un preservativo y me la follo en esa posición, empiezo haciéndolo muy lento, me doy cuenta de que ella quiere más intensidad y dice algo para provocarme que me pone muy cachondo... “Que me vas a follar como un birrioso o como un HOMBRE, lo mismo vas a hacer como cuando me has azotado que parecías un blando” y seguí a mi ritmo, haciéndola “cabrear” hasta que la vi desesperada. Cuando menos se lo esperaba, agarré sus caderas, levanté su culo y me la puse a follar con toda la fuerza de la que soy capaz y si bajaba un poco el ritmo, era para azotar “bestialmente” su culo.
    
    Se corrió de nuevo y me pedía que no parase porque está de nuevo a punto. Aminoré el ritmo y quise “tantear” su culito, no protestó, no se quejó y dejó que siguiera, le pregunté si tenía lubricante y de nuevo quiso provocarme... “Tú que te has creído... ¿Que soy una de quince años?” le vuelvo a azotar de forma potente el culo y me dice... “Eso sí... si me vas a violentar el culo con ese trabuco... hazlo sin condón”, me quite el preservativo y coloque mi polla en la entrada de su culito, me costó en un principio, no porque ella se resistiera, fue eso, que me costó, tenía el culito apretado como se suele decir, pero fue solo apariencia, porque una vez que entro un poco, fue entrando mejor y a mitad ella misma aun quejándose, me provocaba... “Vamos que sé que puedes follártelo mejor...” y de un empellón le metí lo que quedaba y de su boca salió un gran gemido...
    
    Se dejó caer para estar más cómoda, pero eso no me impidió seguir follándomela con ganas, lo que hizo fue meter una mano por debajo de su cuerpo y tocarse, me sorprendió, porque cuando empezó a correrse, levantaba su cuerpo de manera exagerada, para que mis empellones notarlos más. Pocas mujeres hacen eso. Nos corrimos más o menos a la vez y me quedé tumbado encima de ella, porque me pedía que no me saliese todavía porque quería seguir sintiéndome. Una vez que me salí, ella estaba como en trance o agotada. Me fui a duchar y pensé que ya habíamos acabado, porque la vi demasiado relajada. Me empiezan a caer las primeras gotas de agua y ella se mete conmigo en la ducha, la veo radiante y ...
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