1. Las aventuras de Luna: Sucesos en un barrio obrero


    Fecha: 30/09/2019, Categorías: No Consentido Autor: lazorritadetusakais, Fuente: TodoRelatos

    ... mis tetas para que el chorrito dorado las bañase un poco, luego subió hasta mi cara. El olor acre me invadía la nariz. Cualquier restos de maquillaje que había tenido en la cara se fueron rápidamente. De todo lo que había sucedido, era sin duda lo más humillante.
    
    “Abre la boca.” Me ordenó Joan. Empecé a llorar y me negué intensamente. Joan hizo ademán de enfadarse pero en este momento se le acabaron las reservas de orina, y ya no salía más de su pene. Echó las últimas gotas sobre mi cuerpo mojado antes de subirse los calzoncillos.
    
    “Toma, 50 euros para que te compres la pastilla esta.” Me dijo Joan, mientras que me tendía un billete naranja. Seguía en suelo de la ducha y había empezado a tiritar. “Salvo si quieres hijos nuestros…” añadió, riéndose. “Ah, y me devolverás el plug la próxima vez que te pases por el piso, ¿vale?” Me guiñó, antes de echarme a fuerza del piso.
    
    Me quedé en el pasillo de la planta, mirando la puerta cerrada. Estaba desnuda, olía a orina y sexo, tenía los pelos como si hubiese andado por un huracán, y seguramente una cara de agotamiento. Me vestí como pude, la ropa empapándose rápidamente. Mecánicamente, bajé las escaleras para salir del edificio.
    
    Parte IV: La vuelta a casa
    
    Me encontré en la calle, completamente aturdida. Mis medias, ya mojadas por haber servido de mordaza antes, se estaban mojando más y rápidamente por los fluidos que salían de mi coño. Era una mezcla de las corridas de Jax y Joan y de mi propia lubricación y corrida. Estaba chocho (casi) al aire, ya que mi tanga se había quedado roto en el suelo del piso de Jax. Mi vestido verde estaba mal puesto y seguramente tendría la cara manchada de rimmel y de más cosas. Un joven adolescente caminando en dirección contraria mía me miró con los ojos como dos platillos al acercarse. Detuvo sus pasos para repasarme de arriba hasta abajo. Tendría unas pintas…
    
    Una imagen extraña me venía a la mente. Me sentía como un edificio vacío, en el cual seguía sonando una alarma, aunque todos los residentes habían salido a la calle y esperaban que el simulacro de incendios parase. Fui renqueando para casa, con los agujeros doloridos y la mente en blanco. Tenía agujetas por todos lados y estaba ronca. Mi mano estaba metida en el bolsillo de mi abrigo donde agarraba el billete de 50€ que me había dejado Joan.Ya era tarde, iría a la farmacia mañana, pensé.
    
    En casa, todos estaban dormidos todavía. Me encerré en el baño para cuidarme un poco. Me desnudé y estudié mi cuerpo en el espejo. Estaba marcada por todos lados. Las manos de ambos hombres me habían agarrado lo suficiente fuerte para dejar moretones por mi cintura y por mi cuello. Tenía el culo rojo como Marte. Se veía claramente donde el bastón de madera me había golpeado. Llevé mis manos a mi cara. Ya no tenía maquillados los ojos. Las lágrimas y los otros fluidos habían difuminado lo que me había pintado. Ahora tenía los ojos levemente negros estilo mapache como si me hubiese puesto una sombra negra. Ya no ...