1. Las aventuras de Luna: Sucesos en un barrio obrero


    Fecha: 30/09/2019, Categorías: No Consentido Autor: lazorritadetusakais, Fuente: TodoRelatos

    ... estrecho. Al mismo momento que Joan me metió el plug, Jax se corrió, mirando al techo con los ojos cerrados y gimiendo levemente. Tenía su pene tan metido que ni siquiera me llegó su sabor. Toda la corrida fue directamente en la garganta y pensaba que me iba a ahogar. Nadie había eyaculado tan dentro de mí nunca. Su miembro pulsaba dentro de mí, expulsando cuatro, cinco, seis chorros de semen. Cuando ya no pulsaba más, la retiró de mi boca. Empecé a toser con fuerza. Mi garganta ardía y respiraba con dificultad. Pero Jax no me dejó tiempo para recomponerme. Me cogió por la mandíbula, acercando mi cara otra vez a su cuerpo.
    
    “¿En qué momento te dije que me dejases de mirar? Estás muy maleducada, niñata.” Arrastró su polla lentamente por mi cara, y los restos del semen se mezclaron con las lágrimas y las manchas de Rimmel en mis mejillas. Le miré con los ojos aguados.
    
    “No tienes que hacer esto…” grazné, hablando por primera vez desde que me había despertado en la cama. Chasqueó con la lengua.
    
    “Sin rechistar, Luna. Ahora saca la lengua,” me ordenó. Obedecí. Me dio pequeños golpes en la lengua con su miembro. “Límpiala.” Me dijo.
    
    Como una esclava obediente chupé los restos de semen que se habían quedado en su palo de carne enorme. No tenía ni idea de cómo iba a caber dentro de mí, lo que me imaginaba era lo siguiente. Me estaba entrando pavor de verdad. Mientras lamía desenlazó su mano de mi pelo y la bajó a mi pecho. Cogió un pezón entre el índice y el pulgar, apretando fuerte y haciéndome soltar un pequeño grito de dolor.
    
    “Aguanta. La línea entre el dolor y el placer es una línea muy fina,” me comentó Jax, mirándome a los ojos severamente. “¿Te gusta, putilla?” Me dio una pequeña bofetada en la teta. “Disí. Disí señor, me gusta.”
    
    Estaba empezando a llorar. Me sentía muy abrumada por la situación y las mezclas de emociones contradictorias que estaba sintiendo. No entendía por qué esto estaba pasando. ¿Por qué no me había quedado en casa? ¡Maldita sea!
    
    “De verdad Jax.. Joan.. no tenéis porqué hacer esto…Dejadme irme, no se lo diré a nadie… os lo juro,” les supliqué con una voz que sonaba como gravilla mojada.
    
    En mi parte trasera Joan estaba agarrando mis nalgas como si fuesen dos masas de pizza. Estrujía una y otra vez, lo que me molestaba bastante ya que las tenía muy dolidas de los golpes del bastón de madera.
    
    “No te enteras, zorra.” escuché la voz de Joan detrás de mí. “Vamos a disfrutar de tí y te vamos a tratar como la puta que eres.” Me dio una nalgada dolorosa. “Además,” añadió, “este culo está hecho para ponerte a cuatro.
    
    Me dio otra nalgada, haciéndome gemir. Recibí a continuación una bofetada encima de la vulva, directamente en mi piercing que se encontraba justo por encima del clítoris hinchado por la sangre que se había acumulado allí. Estaba que veía estrellas. Jax se estaba quitando los vaqueros y los calzoncillos y se tumbó boca arriba en la cama. Tenía la herrimienta media flácida, pero aún así el tamaño ...
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