Las aventuras de Luna: Sucesos en un barrio obrero - Relatos Eróticos

Las aventuras de Luna: Sucesos en un barrio obrero

... manera sus palabras me estaban encendiendo. Me hacían sentir como una hembra sucia y apetecible. Estaba haciendo lo que me daba bien. Aun así, no estaba acostumbrada a un tamaño así, y no me entraba del todo.

“¿Está rica la polla?” Me preguntó.

Aunque su voz era burlona, noté que le faltaba un poco el aire. Tenía los ojos cerrados mientras que disfrutaba de mi boca. Sentí una punzada de orgullo. Siempre me había gustado dar sexo oral, y aunque estuviese en esta situación forzada, no podía negar que la manera en la que Jax controlaba la situación me estaba poniendo a mil. Incluso lo del bastón. Me cruzó el pensamiento de mi novio Óseas y nuestra relación más bien aburrida. De cómo había deseado novedades. La vida irónicamente y perversamente estaba cumpliendo con lo que quería.Quizás si le hago venirse me dejará en paz, pensé. Pero no me lo creía ni yo. Y ya no sabía si era lo que quería. Me llevé la mano a sus pelotas, acariciándolas suavemente y poniendo más de mi parte. Jax abrió los ojos, sonriéndome con una cara petulante.

Me había olvidado completamente de la presencia de Joan, hasta que sentí alguien apartando mis nalgas y una sensación caliente y mojada encima del ano. Me asusté, pero Jax me sostuvo fuertemente la cabeza para seguir su bombeo y para que no me pudiese mover. Joan me estaba lamiendo todo allí abajo, primero enfocándose en el ano y luego pasando a mi vulva y clítoris. Quería vomitar pensando en su boca de rata asquerosa lamiendo mi región íntima. Igual iba a vomitar por otro motivo, con la manera en la que me estaba empujando su tranca Jax. Estaba siendo cada vez más agresivo y me provocaba arcadas. Me sentía completamente utilizada, como si fuese un juguete.Me lo había indicado, supuse. Joan estaba lamiéndome de manera sorprendentemente hábil. Si no hubiese tenido la boca llena habría estado gimiendo como una perra. Mientras me succionaba el clítoris sus dedos hacían magia dentro de mí. No sé cuántos dedos tenía dentro pero me sentía bastante llena. Estaba siendo bastante placentero. Después de un rato sacó sus dedos de dentro y cambió de agujero. Sentí una leve presión y un dedo que me entraba por el ano. Qué rico se sentía. El niño rata me estaba sorprendiendo. De alguna manera perversa me gustaba estar entre estos dos hombres. Joan seguía lamiendo el clítoris, haciéndome estremecer levemente. Pero ya no era de frío ni de miedo sino de placer. Por la manera que me observaba Jax con su sonrisa de superioridad, sabía que él sabía que estaba disfrutando. Seguimos así un rato, yo chupándosela a Jax y Joan chupándoselo a mí. Estaba cada vez más encendida.

De repente estuve distraída del placer por la sensación de algo frío y duro haciendo presión contra mi ano. La presión se hizo más fuerte y el objeto deslizó dentro de mí. ¿Me estaba metiendo un plug? Pensé. Tenía que ser bastante pequeño, ya que había entrado sin mucha resistencia a pesar de que no practicaba mucho el sexo anal y tenía este agujero bastante ...