Las aventuras de Luna: Sucesos en un barrio obrero - Relatos Eróticos

Las aventuras de Luna: Sucesos en un barrio obrero

... Joan empezó a sacarme fotos en esta posición mientras que Jax me quitaba las cuerdas que ataban mis manos detrás de mí.

“Qué bonita raja,” me dijo Joan. “Qué ganas de reventártelo…Sonríe para la cámara, Luna.”

Jax me agarró de la entrepierna. “Sí, está perfecto para nuestros objetivos esta noche. Me va a encantar llenarlo de mi semen. Supongo que estarás acostumbrada, cerda. Pero quizás de hacerlo así no tanto.” Me dio unos leves toques en los hombros con su bastón de madera. "Tócate", me ordenó Jax.

"MMmm??" Era lo único que podía soltar con la mordaza todavía puesta. Sentí más calor subiendo a mi cara. Estaba poniéndome como un tomate.

"Tócate como lo haces por las noches en tu cama.” Me volvió a repetir Jax. “Quiero verte con una cara de gozo. Ahora mismo pareces asustada y patética y esto no es nada sexy.” Hizo un chasquido con la lengua para acompañar su mueca de desagrado. “Queremos unas buenas fotos. Así que deja de lloriquear. Obedece o te arrepentirás." Agitó el palito de madera en el aire, dejándome muy clara la manera en la que me iba a arrepentir.

“…o bueno, llora ahora si quieres, que luego va a ser difícil cuando estés atragantada.” Añadió Joan, riéndose. Sentí un asco terrible al escuchar estas palabras.

Cerré los ojos, intentando imaginar que no estaba aquí con estos dos enfermos, y suavemente acaricié mi piel, dejando una mano deslizar por encima de mis tetas. Mis manos, que nunca sudaban, emanaban repentinamente sudor frío y daban tembleques. Bajé una mano por mi vientre plano y duro del gimnasio, bajando hacía el monte de Venus y acariciando suavemente encima de él.Snap, snap hacía la cámara mientras me rozaba.

"Okey, está un poco mejor así, " aprobó Jax. “Pon los dedos dentro ahora,” me indicó.

Cautelosamente seguí sus instrucciones. Tal y cómo me había parecido antes, estaba empapada por dentro y un dedo y después otro entraron fácilmente. Nunca me había masturbado en frente de alguien. Por alguna razón nunca había surgido en mis experiencias sexuales. Me sentía rara e incómoda y muy indefensa. Estaba empezando a tener un estirón en el culo de estar en esta posición con las piernas sujetadas por las cuerdas. Las clases del gimnasio no me habían preparado para estar en una posición así tanto tiempo. Abrí los ojos para ver que enfrente de mi Jax me miraba fijamente mientras que Joan seguía con la cámara. Ambos tenían bultos visibles a través de sus pantalones. Pero la cara de Jax no parecía contenta del todo.

“No te veo poniendo mucho esfuerzo, Luna,” me dijo. “Pensaba que me había explicado bien.” Con un movimiento ágil me soltó las piernas de sus ataduras y me dio la vuelta para que estuviese boca abajo en la cama. Apoyó una mano en mi espalda, forzándome a pegar el pecho a la cama mientras mi culo se quedó en pompa, a su merced.

TSCHAK! Escuché el sonido de algo cortando el aire rápidamente, y cuando sentí el impacto del bastón sobre mis nalgas entendí rápidamente lo que había sucedido. Gruñí de ...