1. La amiga de mi hermana – Capítulo 2


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Hetero Autor: Bardric, Fuente: SexoSinTabues30

    ... vas a hacer? – Shh. Ya lo verás.
    
    Sandra se colocó bien el bikini y salió de mi habitación. Me había dejado con una erección otra vez, aun así, salí de la habitación y me senté en el sofá del salón intentando taparme un poco la entrepierna para que no fuera tan notable. La ducha había dejado de escucharse y pude ver como el culo de Sandra desaparecía por la puerta a la cocina. Tras ella me ducharía yo.
    
    Escuché un grito de mi hermana y unos golpes contra una madera. Me levanté de un salto, fui hasta la puerta de la cocina y vi a mi hermana completamente desnuda aporreando la puerta del baño.
    
    – ¡Cabrona, devuélveme la toalla! – gritaba mi hermana hacia la puerta.
    
    Al verme, dio otro grito y se tapó instantáneamente con los brazos.
    
    – Lo… lo siento. Escuché un grito y… – Cierra los ojos o date la vuelta o algo – Sí. Sí. Lo siento.
    
    Me di la vuelta, dejando de mirarla, y pasó como una exhalación a mi lado hasta su habitación, cerrando la puerta de un portazo. Aun no me creía lo que acababa de pasar, durante unos segundos la había visto completamente desnuda, no como el otro día cuando la cambié. No me esperaba que tuviera algo de pelo en el pubis, pensaba que lo tendría completamente depilado como Sandra.
    
    Al poco, salió Sandra de la ducha completamente desnuda y secándose el pelo.
    
    – Se ha encerrado en su habitación, ¿no? – me susurró. – Sí. – Ya veo que te ha gustado el show – dijo acercándose hacia mí y acariciándome la polla por encima del bañador. – Ya estaba así gracias a tus jueguecitos de antes. – Claro. – dijo con un tono socarrón y sensual.
    
    Sandra se fue a su habitación a vestirse, dejándome solo y con una erección en la cocina. Me metí al baño y estuve tentado a hacerme una paja, pero quería ver hasta donde llegaba este jueguecito con Sandra, por lo que me abstuve de hacérmela. Me metí a la ducha, abriendo el agua fría para calmarme un poco cuando escuché a través de la pared a mi hermana.
    
    – ¡Cabrona! ¡Ya te vale con las bromitas! – ¿Qué? Sólo te he quitado la toalla. Con la de veces que nos hemos visto desnudas, ¿te molestas ahora? – Me ha visto mi hermano.
    
    Sandra dejó salir una risa que me pareció muy auténtica.
    
    – Bueno, es tu hermano. ¿Qué más da? Además, tú también lo has visto desnudo a él. – Eso es distinto. Yo no me quede embobada mirándolo.
    
    Otra carcajada de Sandra acompañó la frase de mi hermana.
    
    – Encima se ha empalmado. – ¿No jodas? – Sí, se le notaba entera debajo del bañador. – A ver si va a ser de esos que se excita con su hermana. ¿Te ha espiado otras veces? ¿Te han desaparecido bragas? – Ja. Ja. Muy graciosa. – Pues si le calientas, podríamos divertirnos un poco estos días a su costa. – Tía, no voy a calentar a mi hermano. – ¿Por qué no? Es sólo un juego, lo hemos hecho un montón de veces con los tíos en las discotecas. – Ya, pero esos tíos no eran mi hermano. Eso está mal. – Ya verás como nos divertimos. Tú sígueme el juego.
    
    Tras esa última frase, dejé de escucharlas. La pared del ...
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