1. Las enormes bragas de mi madre


    Fecha: 28/09/2019, Categorías: Incesto Autor: jc2020, Fuente: CuentoRelatos

    ... manos, por encima de aquellos pantaloncillos cortos que nada cubrían, beso mis labios en clara señal de entender lo que pasaba por mi cabeza. Las veces que habíamos compartido esta cama, siempre jugando con sus pechos sobre mi boca, rosándome tiernamente los genitales para comprobar que estaban creciendo, siempre buscando la manera de hacerme sentir bien. Ahora en esta situación en la que estoy, cogido de los huevos, por parte de quien lleva todos estos días provocando situaciones excitantes, que quizás parezcan impuras, pero que son claros sentimientos de deseo hacia una mujer.
    
    Esta vez ya no era un juego, sabíamos que esto no tendría revés. Cómo llegamos hasta aquí, solo el destino lo podrá decir, solo los sentimientos por haberlo deseado, nos trasladaron hasta este glorioso momento. Yo hasta este punto, casi no había tenido relaciones sexuales, me había masturbado muchas veces, pensando en los momentos que podría compartía su lecho marital. Observarla por los agujeros de la puerta, a través de las ventanas de su habitación, era lo más cercano que había estado. Pero esta vez, estaba en su cama, acariciando su suave vagina, oliendo el aroma de las bragas de mi madre, recorriendo sus pechos, besando sus labios.
    
    Todo esto era puro sentimiento hacia una mujer. Una mujer a la que estaba a punto de penetrar, las bragas de mi madre, ya muy mojadas, el deseo en su mirada por ser penetrada en este momento. Las palabras mágicas que sonaban en la habitación, fue una orden para follarla, que meta mi verga dentro de su húmeda vagina, hacían de este momento algo irrepetible. Las caricias de sus labios en mi erecto pene, dejaban en claro que ella necesitaba las caricias de un hombre, la rudeza de unas manos sobre sus pechos, la dureza de volver a sentir una verga dura, jugosa y perfectamente erecta, para satisfacer sus necesidades sexuales. Yo estaría dispuesto a cumplir cada orden que me pidiese.
    
    La demora en desvestirnos, fue lo que calmo aquella ansiedad entre ambos. Yo no tendría, quizás que volver a masturbarme con las bragas de mi madre, ahora me ofrecía su vagina, sus pechos redondos, su ansiosa boca por tragar mi erecta verga. Ahora sin bragas, recostada en su cama, gimiendo por ser penetrada, por sentir mi calor entre sus piernas. Sus llamados para que yo gozara en su interior, yo deseaba tanto sentir el sabor de su vagina, que sin mediar más palabras me abalance dentro de esta, pero ahora con su pleno consentimiento. Que aroma más intenso, por un momento perdí el sentido del gusto, era algo muy diferente a todo lo que había probado hasta ahora, me gustaba este nuevo sabor, este nuevo aroma.
    
    Haber follado toda la noche, y recorrer cada centímetro de aquella cama. Las únicas 3 posiciones que yo sabía, las repetimos más de mil veces, tomarla y penetrarla una y otra vez, tener en mis manos su culo, que tantas fantasías me había causado. Follarla de manera suave y salvaje a la vez, es lo que más disfrute. Terminar dentro de ella, en sus ...
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