1. Mi vecina Jeromita


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... recado y te hago un buen servicio.
    
    Me di cuenta que estaba empalmado como nunca antes lo había estado. No sabía si tras escuchar aquella declaración, o si ya de antes al estar recibiendo mi merecido castigo. Sentí vergüenza, ¿Qué pensaría mi amigo de mi?, aunque no podía verme al estar de cara a la pared. Me acorde de la zapatilla, me la imagine con ella en la mano, me imagine el movimiento de su brazo arriba y abajo dándome con ella en el culo, y pegado a ese pensamiento sentí un escozor intenso, junto con un silbido atronador que era el primero de los correazos que me tenia reservados. Mi cuerpo se doblo, pero no perdió del todo la posición, y así fueron cayendo uno tras otro los correazos que me había ganado por desacato a su autoridad. Picaban y dolían de lo lindo, era como estar en el infierno, pero en mi pensamiento solo estaba su culo prieto, sus pechos balaceándose al vaivén del movimiento de su brazo. Madre mía como la iba a taladrar, si me dejaba claro esta.
    
    -¡Veintidós, veintitrés, veinticuatro y veinticinco!. – dejo de contar y de golpear. – levántate y vete directo al otro rincón, y piensa en todo esto jovencito. – Obedecí, la escuchaba jadeante, pero nada más llegar al lugar indicado y sin dejar de frotarme las nalgas, me mire mi miembro y este seguía mirando al cielo muy por encima de lo que nunca antes lo hizo.
    
    -Y tú, súbete los pantalones y vete a la frutería a comprar. Tienes la lista en la puerta de la nevera. ¡Venga!, ¿o quieres probarla de nuevo?, aun tengo cuerda para rato.
    
    Mi amigo, para el que iba ese mensaje, desapareció como poseído por el diablo. En menos de un minuto se subió los pantalones, cogió la lista de la compra y desapareció.
    
    Mi vecina seguía jadeando tras el esfuerzo, y supongo que ahora a solas vendría mi recompensa. No la deje decirme que es lo que iba a pasar. Tal cual mi vecino se fue, me di la vuelta, me acerque a ella, la bese en los labios, la gire haciéndola adoptar la misma posición que yo minutos antes sobre el sillón, la subí la falda, la baje las bragas y la empale con todas mi ganas.
    
    -Vamos cachorro, dame bien fuerte o seré yo quien te vuelva a dar con la zapatilla. Te ha gustado la experiencia, ¿eh? – me dijo girando su cabeza hacia mí, estirando una de sus manos hasta acariciarme el culo acompasando el movimiento de mis caderas, como incitándome a seguir penetrándola desde atrás. No me lo podía creer, me estaba follando a mi vecina Jeromita, la estaba dando fuerte con mi estaca, y era ahora ella quien comenzaba a jadear, a gemir de placer. Acelere el ritmo, y mis manos buscaron sus pechos, levantándola el suéter azul y maniobrando para liberarlos de la opresión de su sujetador. Los masajee con gusto, primero uno, luego el otro, siempre con una mano en la cadera de ella para poder sujetarla y empalarla con fuerza. Solo existía su culo, sus tetas, las ganas de correrme dentro de ella. Sus pechos se balanceaban al compas de mis envestidas, sus gemidos eran más que audibles, pero ...
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