1. Mi vecina Jeromita


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mi trasero comenzó a sentirlos más intensos, con mayor escozor. Si dolía ahora, ¿cómo dolería la zapatilla?
    
    Al cabo de un rato me hizo levantar, y ante mi pasividad me dijo.
    
    -Quiero ver cómo te bajas esos pantalones y lo que lleves por debajo de ellos, si es que llevas algo. Y si tengo que hacerlo yo, será peor para tus nalgas.
    
    No supe que hacer, de modo que ni corta ni perezosa alargo sus manos y me desabrocho los pantalones, bajándomelos de golpe junto con mi ropa interior. No se ni como lo hizo, pero en un abrir y cerrar de ojos la vi como se levantaba delante de mí, y sin dejar de mirarme doblo su rodilla derecha, se quito la zapatilla y cogiéndola con fuerza me la enseño, diciéndome.
    
    -Veras como esta obra milagros en tu trasero cariño.
    
    Se subió la falda, se sentó, me agarro de una muñeca, estiro de mi para dejarme caer sobre su regazo, me acomodo y zas, zas. Dos zapatillazos, uno en cada nalga, que me hicieron aullar de dolor.
    
    -¿Pica?, te voy a dejar el trasero como a tu amigo, míraselo, que aun lo tiene caliente.
    
    Mire a mi amigo que seguía de cara a la pared, y contemple su culo rojo como un tomate en toda su inmensidad. Al mismo tiempo, me movía de un lado al otro sintiendo las caricias de la zapatilla de mi vecina, me estaba dando con fuerza, me estaba dejando el trasero pero que bien, bien caliente. Debí de moverme demasiado, pues el dolor comenzaba a ser insoportable, y en momento dado su pierna derecha subió por encima de las mías, aprisionándome entre las suyas, por eso se subía la falda, para poder hacer aquello, sabedora de la medicina que estaba repartiendo, y lo dolorosa que era. Comenzó de nuevo a zurrarme de lo lindo, yo gemía, lloraba, aullaba, resoplaba, y su zapatilla seguía cayendo sobre mi desprotegido e inofensivo trasero.
    
    Después de una eternidad, la zapatilla dejo de hacer su cometido, me hizo levantarme y contemplar como tiraba la zapatilla al suelo, para insertar su pie en ella con una facilidad glamurosa. Si, definitivamente, tenía el culo súper dolorido, pero estaba cachondo, cachondo a más no poder, mi vecina me estaba poniendo cardiaco, a pesar de sacarme más de veinte años de edad, a pesar de sus anchuras, a pesar de todo.
    
    -Recuerdas que te tuve que bajar los pantalones, ¿no? Pues pon una mano en cada reposabrazos, e inclínate, que para ti esto no ha terminado.
    
    Resople como un niño pequeño, pero obedecí a la primera, seguro estaba que ahora probaría la otra zapatilla. Mi vecina se ausento, para volver al minuto con un cinturón bastante grueso. Las orbitas de mis ojos debieron querer salirse de estos, y ser bastante palpable porque mi vecina nada mas verme se acerco a mi oído y acariciándome el trasero me dijo.
    
    -Ni se te ocurra moverte cachorro, veras como te bajo de sopetón esa hinchazón que tienes, y si no es con esto conozco otros métodos más placenteros tanto para ti, como para mi claro. Pero antes vas a probar este cinturón, y si sigues empalmado al final mando a tu amigo a un ...
«1...3456»