1. Mi vecina Jeromita


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ese sillón y en silencio.
    
    Me indico con el dedo el sillón en el que debía sentarme y contemplar el castigo que mi amigo iba a recibir, y que era el prolegómeno del que después iba a recibir yo. Trague saliva, lo hice y vi como mi vecina se sentaba en el sillón de enfrente, levantándose un poco la falda para facilitar los movimientos, supuse. La verdad es que verla los muslos me hizo de nuevo excitarme. Mi amigo se acerco a su madre y sin decir nada se acomodo sobre su regazo, acoplándose al gusto de su madre, que lo movió hasta dejarlo en la posición que ella quería. Su mano derecha acaricio su trasero durante un rato, y de pronto comenzó a azotarlo con la mano con tal fuerza que mi amigo gimió aun con los pantalones como protección. Algo me dijo en mi interior que acabaríamos con ellos quitados. Durante un par de minutos lo estuvo azotando con la mano en ambas nalgas, y pasados estos le ordeno levantarse para mandarle bajárselos hasta dejar sus nalgas como vinieron al mundo, ósea desnudas. Jeromita se levanto, doblo su rodilla izquierda y se quito la zapatilla. Lo hizo como a cámara lenta, despacio, mirando a los ojos de su hijo, como deleitándose al hacerlo. Fue en ese momento cuando supe que la fiesta iba a comenzar. Mi amigo volvía a acomodarse sobre el regazo de su madre, que nuevamente se había subido la falda antes de sentarse en el sillón. Y cuando tuvo a su hijo en posición, le empezó a tatuar la suela de la zapatilla en el trasero. Primero en una nalga, luego en la otra, el dibujo de la suela era totalmente perceptible en sus cachas. Trague saliva de nuevo, lo que mis ojos estaban viendo era lo que luego iba a catar, y los gemidos, quejidos y suplicas de mi amigo no eran muy aragüeños, por lo que aquello debía de ser un calvario que nos serviría para estar más moderados en nuestros juegos durante una temporada.
    
    Acabo su castigo y nada más levantarse se llevo las manos al trasero para frotárselo con ganas. La indicación de su madre le llevo hasta un rincón para quedarse de cara a la pared y en silencio. Jeromita tiro la zapatilla al suelo haciendo resonar la suela de esta contra él, y se la calzo con estilo. La verdad es que aquella mujer tenía un polvazo de la ostia, pensé. Luego se levanto del sillón en que estaba sentada y se acerco hasta el mío para haciéndome levantar, ocupar ella mi lugar.
    
    -A ti te ha tocado la derecha jovencito, verás como de esta no te olvidas nunca. Vas a soñar hasta con ella.
    
    Una indicación suya y sin darme cuenta estaba sobre sus piernas, con el culo en pompa, bien posicionado y a la espera de que comenzase mi castigo. Note como su mano me acariciaba el trasero, nunca antes lo había hecho, y no sé porque me excite, y por un momento me sonroje al pensar que si me empalmaba ella lo iba a sentir de primera mano. Y de primera mano sentí yo la suya, que dejándome de acariciar el culo, comenzó a palmeármelo cada vez con mayor intensidad. Al principio solo sonaban los azotes, pero al cabo de unos cuantos ...
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