1. Pau y las prácticas en la Masía. Capítulo 14


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Gays Autor: Futb2022, Fuente: TodoRelatos

    ... velocidad.
    
    Me saqué la polla de la boca y con mi mano empecé a pajearle a toda velocidad. El silencio de la habitación, se rompía, por ese sonido tan característico, de una mano moviéndose sobre un rabo lubricado por saliva. Sentía como mi biceps, se tensaba por el esfuerzo. Al sonido de esa mano, enseguida se unieron los jadeos de Pedri.
    
    A Pedri, se le notaba el esfuerzo. Sus dientes apretados, sus cuerpo contraído, especialmente el abdomen. Los dos mirábamos el rabo. Muy tieso, con el glande muy rojo e incluso se pudieron apreciar unas pequeñas palpitaciones. Dos pasadas más de mi mano, y se hubiese corrido. Del glande, salieron unas pequeñas gotas de líquido pre-seminal, que resbalaron por el glande. Con la otra mano le apreté el musculado muslo. Parecía que había aguantado, aunque esos 18.5 cms seguían como un palo.
    
    Quería darle algo de tregua. Seguía entre las dos piernas de Pedri, mis manos, acariciaban sus muslos, mientras le observaba. Despatarrado, desnudo de cintura para abajo, totalmente tieso y con esa mirada de vicio, que no sé porque me ponía muchísimo. Mi erección, debajo del pantalón corto, era evidente, y aunque vi, que en algún momento, su mirada se fue hacia mi paquete, no hizo ningún comentario. Estoy seguro, que no me hubiera rechazado, si le hubiera buscado la boca, o si simplemente, me hubiera desnudado, pero tampoco quería arriesgarme a destruir esa confianza que Pedri había depositado en mi.
    
    Le acaricié el escroto y me eché hacia delante. Lo primero que sintieron mis labios fue ese líquido que había salido del glande. Seguí chupando y disfrutando de esa polla. En esta ocasión, Pedri no se cortó y sentí su mano sobre mi cabeza, marcando el ritmo. De fondo oía sus gemidos, mientras mi lengua jugaba con el glande, el tronco y también los huevos.
    
    Esta segunda mamada fue más corta. Repetí lo mismo, le pajee a toda velocidad y justo antes de correrse, le solté. Esta vez, pensé que se corría. La cara de Pedri era de un esfuerzo total, como cuando le veía en la tele al acabar un partido. Su rabo, tieso, se movía solo por las palpitaciones. Apreté sus muslos.
    
    Le podía haber explicado lo que era el “edging” y lo mucho que le ayudaría en sus próximas relaciones sexuales, que cada vez estaba más convencido, que en las que también participaban hombres. No lo hice, lo que hice fue echarme hacia adelante y volverme a meter el rabo en la boca.
    
    Primero, con la lengua, chupé el líquido pre-seminal del glande. Empecé despacio, pero inmediatamente, las dos manos de Pedri, agarraron mi cabeza. Por el ritmo que marcaba, no duraría mucho más. Mis labios, con una presión sutil, subían y bajaban por el tronco. Hubo un momento, en el que esa presión de las manos aumentó, la tenía toda dentro. Mis labios tocaban el pubis rasurado y sentía el glande rozando mi garganta.
    
    Sentí, como las manos, aflojaban esa presión. Seguí mamando con mas velocidad, mi cabeza subía y bajaba.
    
    Quizá fuera un movimiento inconsciente, pero me ...
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