1. Los 7 pecados capitales: 5. Ira


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Incesto Autor: privado, Fuente: SexoSinTabues30

    ... jovial.
    
    “Si solo fuera Víctor” —pensé.
    
    Con una mano debajo de mis hombros me sostenía el pecho y con la otra me arreglaba el pelo y me hablaba en la oreja con su voz grave y acariciante.
    
    —No quiero que sufras, Vancito. Ud. sabe que lo quiero mucho, mucho. Lo sabe, ¿no? —intercambiaba el tuteo con el trato cariñoso que a veces me prodigaba.
    
    —¿No?, ¿no lo sabe? —insistió ante mi silencio y más me apretó contra su cuerpo. Entonces, suavemente, posó sus labios en mi cuello y me besó por un largo rato.
    
    —¿Y ahora?, ¿ahora sí lo sabes? —su voz susurrada me provocó un escalofrío. No quería sentir eso. No quería. Eso solo lo quería sentir por Víctor, pero mi hermano, su calor, su voz, su fuerza. No sé qué me pasaba en ese momento. Mi pene reaccionó irguiéndose completamente.
    
    En ese momento entró Víctor. Aunque la luz estaba apagada, sentí sus pasos y percibí su aroma. Quise separarme de mi hermano, pero este no lo permitió. Me sostuvo en sus brazos firmemente.
    
    Víctor encendió la luz del velador y vio a mi hermano abrazándome desde atrás. No pareció darle ninguna importancia. Solo comenzó a desvestirse y comentó algunas cosas con mi hermano. Al parecer tenían planes de los que, por supuesto, yo no tenía idea. Observé su cuerpo casi desnudo frente a mí. Se desvistió rápidamente, pero luego no entró a la cama tan rápido como hubiese sido lo normal, sino que ordenó su ropa en una silla, a los pies de la cama, paseándose en slips. Yo lo observaba atentamente. Mi hermano aligeró su abrazo.
    
    Entonces, Víctor volvió hacia la cama. Su paquete, yacía impúdico hacia un costado de su encierro. Apagó la lámpara del velador y nos quedamos en silencio.
    
    No tenía ganas de llorar, lo que tenía era un vacío en el pecho. Rabia también, pero una rabia contenida. Cerré los ojos inerte, sin ánimo de nada. Más tarde, entre sueños me abracé a mi hermano y soñé que era Víctor.
    
    Varios días pasaron en ese estado de cosas en que yo parecía haber entrado en un estado depresivo. Era verano, no estaba asistiendo a la escuela. Pasaba encerrado en mi pieza y trataba por todos los medios de ver o encontrarme con Víctor. Detestaba con toda mi alma verlos a él y a mi hermana en actitud romántica. Mi hermano y mi cuñado, eso sí, nunca dejaron de preocuparse por mí. Me iban a ver, me conversaban, me invitaban a sentarme con ellos en el patio en las tardes, pero yo prefería continuar encerrado en mi habitación con una constante opresión en el pecho.
    
    La relación entre mi hermana y Víctor se fue afianzando cada vez más. Víctor vivía solo, parece que tenía un departamento, pero frecuentemente pasaba algunos fines de semana con nosotros. Yo no sabía nunca de antemano cuando vendría, pero cada viernes ponía atención por si lo escuchaba llegar y mi corazón palpitaba firmemente cuando escuchaba su auto, sin embargo, mostraba una fría indiferencia cuando lo veía. Lo saludaba sí, pero sin mostrar entusiasmo alguno.
    
    Esas noches, cuando él se iba a acostar, generalmente ...
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