1. Los 7 pecados capitales: 5. Ira


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Incesto Autor: privado, Fuente: SexoSinTabues30

    ... más de rabia que otra cosa, porque mi hermano se acercó y desordenándome el pelo me dijo:
    
    —¿Qué te pasa, Vancito?
    
    —Nada —dije yo.
    
    —¿Te traigo un refresco?
    
    —Bueno
    
    Mi hermano volvió luego con una Coca-Cola y me dijo que lo acompañara, porque él iba a fumar al patio. Allí nos sentamos un ratito. Por un buen rato no me dijo nada. Solo fumaba y me miraba. Hasta que de pronto:
    
    —Vancito, ¿te puedo hacer una pregunta?
    
    Yo temblé. No quería, no quería que me preguntara eso. No podría aguantarlo. Solo callé.
    
    —¿A ti te gustan los hombres, Vancito? —susurró acercando su rostro al mío y las lágrimas que habían estado contenidas por tanto tiempo se derramaron sin control. ¡Qué sería de mí!
    
    —Tranquilo, tranquilo, Vancito, tranquilo, que alguien te puede ver —Se paró para abrazarme—. Yo no le voy a decir a nadie. Cálmate. Mira, anda al baño, mójate la cara y espérame en el cuarto y yo subo en un ratito a verte, ¿sí?
    
    —Bueno —dije yo, secándome las lágrimas de la cara con la manga de la camisa.
    
    Me senté en la cama con todo el dolor del mundo acumulado en el pecho hasta que apareció. Mi hermano se sentó al lado mío y me dijo que hacía tiempo lo sospechaba. Desde que comencé a transformarme en un adolescente, y ahora, la forma en que miraba a su amigo le había despejado toda duda.
    
    —Vancito —me dijo—, ser homosexual no tiene nada de malo. No eres el primero ni serás el último en sentir deseos por otros hombres. Es verdad que no es bien visto, y tendrás que ocultarlo por tu propio bien, pero a mí me tendrás siempre a tu lado. No estás solo. En la vida encontrarás sinsabores, pero también tienes que aprender a ver lo bueno que te ofrece. Y respecto de Víctor, si no quieres que alguien más sospeche vas a tener que controlarte y no mirarlo así. Haz de cuenta que él no está, no lo mires. Ahora vamos a bajar y aquí no ha pasado nada, ¿sí? Y no te preocupes por mí, que yo te quiero mucho, mi niño. Vamos, dame un abrazo —me dijo, rozando su cara áspera con la mía.
    
    Mi hermano Gino tiene 25 años y es el segundo después de mi hermana mayor, la madre del bautizado, casada con un hombre que le lleva varios años. Al casarse ella tendría unos 24 y él era 10 años mayor, y de eso han pasado unos 6 años ya. Mi cuñado, Gabriel, es un hombre muy atractivo, sin duda, pero más que nada, ha sido un papá para mí. Ese era el rol que él había asumido ante la ausencia de mi verdadero padre. Luego sigue mi hermana, la zorra, de 20 y al último yo que seguramente fui un descuido de mis padres.
    
    Las palabras de mi hermano me tranquilizaron bastante. Recuperé un poco el ánimo y bajé. Los sones de “Prisionero de la soledad” brotaban de los parlantes. Víctor estaba sentado, seguramente mi hermana no lo había dejado descansar. Su frente perlada de sudor lo atestiguaban. Traté de no mirarlo más y me senté en una silla también. De pronto me miró.
    
    ¡Me miró! Me miró y se acercó quedando sentado a una silla por medio de distancia. Se fijó en mí. Seguramente le ...
«1234...22»