1. Los 7 pecados capitales: 5. Ira


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Incesto Autor: privado, Fuente: SexoSinTabues30

    ... cobrar sentido para mí. Fue como un banco de niebla que se comienza a disipar. Las palabras de mi cuñado y de mi hermano resonaron dentro de mí:
    
    “Todo lo que quieres está en esta casa, bebé. Todo. Es solo cosa de que aprendas a mirar bien”. “En la vida encontrarás sinsabores, pero también tienes que aprender a ver lo bueno que te ofrece.”
    
    ¿Cómo no lo había visto?, ¿cómo se me pasó por alto que el amor de mi hermano y de mi cuñado era un amor de verdad? Me invadieron sentimientos encontrados: ganas de reír y tristeza por mí mismo. Pero ahora las cosas serían distintas, pensé.
    
    Esa noche mi hermano se acostó antes que yo y cuando me metí a la cama, él ya estaba durmiendo. Me abracé a él, puse una pierna sobre la suya y también me quedé dormido. Ni cuenta me di cuando se acostó Víctor. Tarde seguramente, había tomado por costumbre quedarse con mi hermana en el living o en el patio hasta altas horas de la noche.
    
    Al día siguiente era domingo. Cuando desperté era Gino quien me tenía en sus brazos. Sonreí de contento. Entonces me levanté. Víctor dormía aún. Su rostro me pareció hermoso, pero ya no sufrí por no tenerlo. Esa mañana desayuné de buen ánimo con mi madre y mis hermanas. Ni siquiera la presencia de la perra disminuyó mi ánimo. Mi cuñado aún no se levantaba tampoco.
    
    Esa tarde Víctor se marchó a media tarde. Yo sabía que esa noche mi hermano dormiría conmigo. Lo sabía. No pude dejar de verlo en todo el día. Me recriminaba no haber puesto atención en él nunca antes en mi vida. A ratos él me veía y bromeaba conmigo. Me revolvía el pelo. Gabriel también me sonreía con esa gracia tan propia de él. En un momento en que nos encontramos solos en la cocina me dijo:
    
    —Esta noche será muy especial para ti, Vancito. ¿Recuerdas lo que te enseñé sobre prepararte con anterioridad?
    
    —Sí —le dije y lo miré a los ojos—, lo sé.
    
    4.
    
    En pocos días las cosas habían cambiado considerablemente. Mi locura por Víctor había cubierto con una nube negra la convivencia familiar, pero la nueva situación en que me encontraba parecía haber traído una paz necesaria. Sabía que esa noche sería de mi hermano como había sido de mi cuñado y estaba deseoso y expectante. ¿Qué sentía por Víctor?, ¿tan lábiles eran mis sentimientos? Lo que días atrás era una profunda convicción de estar enamorado del novio de mi hermana, había dado paso a una conformidad, una aceptación de que tal vez él nunca podría ser mío y eso ya no me provocaba los arranques de ira ni rencor contra todos como antes. Mi cuñado y mi hermano me querían y quería ser de los dos como ya me había entregado a uno.
    
    Esa noche me acosté temprano y esperé a mi hermano ya preparado, como me había dicho mi cuñado. Gino vino al dormitorio bastante tarde. Entró con mi cuñado.
    
    Gabriel se acercó a mi cama y me dio un beso prolongado delante de mi hermano.
    
    —Te queremos mucho, Vancito —me dijo—. Los dos te queremos mucho y queremos lo mejor para ti. Esta noche será para ustedes. Ya será el momento en ...
«12...161718...22»