1. Mi odiosa madrastra (3)


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... su manera, pero se esforzaba.
    
    Pero todo ese optimismo no tardó en venirse abajo. En medio de la noche, escuché ruidos en el departamento. Alguien había salido. O, mejor dicho: Nadia había salido. ¿Qué carajos? Estábamos en la etapa más crítica de la pandemia, con los niveles más rígidos de la cuarentena, y esta pensaba salir a medianoche ¿Acaso vivía en una burbuja?
    
    Yo ya estaba en la cama. Di una salto, y salí disparado, sólo cubierto con mi ropa interior. Esperaba encontrarla en el pasillo, antes de que tomara el ascensor. Pero justo cuando iba a abrir la puerta, regresó.
    
    —Me olvidé la cartera. Soy una tonta —dijo, como si nada.
    
    —¿Tu cartera? ¿Estás demente? ¡Vos no vas a salir a ninguna parte! —dije, agarrándola del brazo.
    
    —León ¡Soltame! Me estás lastimando —se quejó ella.
    
    —¿Acaso vivís en un táper? ¿No sabés que estamos viviendo en una pandemia? Nadie puede andar por la calle solo por andar. Además, ¿Con quién te vas a ver a estas horas? —le pregunté, soltándola del brazo.
    
    —En primer lugar, no tengo por qué decirte con quién me voy a ver. Pero te lo voy a decir, para que no pienses estupideces. Voy a visitar a mi amiga Romina. Hace mucho que acordamos vernos. Además, todo el mundo infringe la cuarentena. Sos el único que conozco que se toma todo al pie de la letra.
    
    —Y una mierda —contesté—. En primer lugar, no te creo que vayas a ver a una “amiga”. En segundo lugar, no voy a dejar que traigas a ese maldito virus acá. Si cruzás esa puerta, no te voy a dejar volver. Y desde ahora, si tardás más de media hora en ir a comprar, te denuncio —le aseguré.
    
    Ella lo pensó un rato. Pareció que algo de lo que le dije le entró en esa cabeza de chorlito que tenía.
    
    —Está bien. Por esta vez me quedo. Total… la semana que viene ya no habrá tantas restricciones. Pero no me gusta nada que me hables así. Y mucho menos que insinúes cosas de mí que no son. Además, si fuese a ver a un hombre en lugar de a una amiga, no tendría por qué ocultarlo.
    
    —No me extrañaría que ya tuvieras tus amantes, después de tan poco tiempo que murió papá.
    
    Nadia me cruzó la cara de un cachetazo. No lo había visto venir. Fue un golpe débil, pero lo suficientemente fuerte como para herir mi orgullo.
    
    —¿Y cuánto tiempo tengo que esperar para tener sexo? ¿Eh, imbécil? —me dijo, indignada.
    
    Se metió en su cuarto, dejándome con la palabra en la boca.
    
    Me dejó boquiabierto y se metió en su dormitorio. Nunca en la vida había sido golpeado por una mujer.
    
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    El tercer día de cuarentena me quedé todo el tiempo que pude en mi habitación. No era que le tuviera miedo a Nadia. Pero no todos los días estaba de humor como para estar en un ambiente hostil. Eso resulta muy estresante. Además, yo seguía pensando igual que el día anterior. Aunque ella me saliera con esos aires de feminista, no iba a dar marcha atrás con lo que le había planteado.
    
    En primer lugar, no iba a dejar que me trataran como un parea en el edificio, y en el barrio, por ...
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