1. Todo cuenta


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Gays Autor: falocrata1, Fuente: TodoRelatos

    ... listo para trabajar. Lo único que deseaba era que avanzáramos sin problemas ni polémicas y, sobre todo, que mi fuerza de voluntad no me fallase. Estábamos allí para trabajar, y nada más. Le dejé pasar a mi cuarto, donde disfrutaríamos de la privacidad necesaria para concentrarnos en el trabajo. Solo eso. Me había ocupado de retirar distracciones innecesarias y de esconder elementos potencialmente embarazosos. Me mostraría con una faceta totalmente profesional, un búnker que mantuviera mis sentimientos a raya. Respiré hondo mientras le veía dejar el abrigo. Me gustaba mucho la sudadera que llevaba puesta, rojo pasión, y sus vaqueros ajustados... Me mordí los labios para que el dolor me ayudara a centrar mi atención en lo que era necesario. Cuando cerré la puerta tras de mí, el destino estaba sellado. Y la suerte estaba echada.
    
    Al comienzo fue bastante bien. Aunque volvimos a las discrepancias del día anterior, no nos peleamos de manera tan enardecida. La música relajaba los ánimos, una selección de canciones clásicas que nos complacían a ambos. En ese aspecto era una buena ayuda, los acústicos y las guitarras disipaban toda la negatividad y levantaban la moral. La lentitud de nuestro avance, sin embargo, era patente, y en un largo rato apenas progresamos. Tras un largo rato sentí la vejiga llena, pedí una pausa y salí de mi cuarto. Luego, más aliviado, retorné para encontrarme con un escenario chocante que hizo que deseara, una vez más, que la tierra me tragase.
    
    David se había topado con una carpeta de su ordenador que nunca debió ver. En ella guardaba varias fotos de él que tomé a escondidas, sin que se enterara. No eran fotos íntimas, pero podían valer como prueba incriminatoria en un caso de acoso o espionaje. Algunas noches, esas imágenes me acompañaban a la cama y se introducían en mis sueños más privados. Nervioso, me arrojé hacia el ratón, se lo arrebaté y cerré la ventana a toda prisa.
    
    -¿Por qué tienes tantas fotos mías?-inquirió David.
    
    Me puse rojo como un tomate y mi lengua se trabó en mi garganta. ¿Cómo iba a revelar mi secreto más íntimo? ¿Y a la persona involucrada, nada menos?
    
    Balbucí varios monosílabos inconexos durante un intervalo que se antojó eterno. No se me ocurría ninguna excusa factible, alguna mentira que distrajera la atención. Y David me miraba, a la espera de una respuesta. Por un momento pensé, fruto de los nervios, en el descabellado dilema que podía resarcirme al instante: matarlo o suicidarme. Obviamente no iba en serio, pero... Me quedé bloqueado en el sitio, rígido, sin que una palabra saliera de mi boca.
    
    -¿Y bien?-insistió.
    
    Estaba legitimado a saberlo. Tenía todo el derecho. Su imagen se encontraba en un ordenador ajeno donde no había autorizado su llegada. No podía culparlo. Y no dejaría de preguntarme hasta que viera satisfechas sus dudas.
    
    -Yo... Es que.... Me gustas mucho...
    
    Se me cayó el alma a los pies. Mi mayor secreto, revelado por un estúpido descuido. Sabía que algo malo pasaría ...
«1234...9»