Mi padre me hace cornudo. - Relatos Eróticos

Mi padre me hace cornudo.

... segundos al ver como mi padre agarraba una de las nalgas de mi chica, provocando una excitación en mi corazón. Notaba mis latidos casi a mil, mi padre estaba metiendo mano a mi novia y ninguno de los dos se cortaba. Llegué de nuevo a su altura y el siguiente que fue al baño fue mi padre, disculpándose como solía hacer siempre.

- Os he visto cuando me acercaba hacia aquí, le comenté al oído a mi chica.

- Pues en estos pocos minutos me ha puesto super caliente, tu padre es un galán, me lo quiero follar ahora mismo.

- Por mi vale, deja que me invente algo para quedarte con él, pero me gustaría veros follar, le comenté muy excitado.

- Le diré que me apetece follar en plena noche, iremos donde la otra vez que me llevó aquel hombre hace un par de semanas, ¿Te acuerdas del sitio?

Aquella coordinación que teníamos ambos para imaginar, decir un lugar para que ella tuviese sexo, excusarme de un sitio para que ella tuviese la oportunidad de realizar o hacer lo que ella quería, era algo que parecía entrenado pero nos salía solo. Una vez que mi padre volviese del baño, diría que estaba sufriendo un dolor de cabeza ocasionado por los exámenes de la semana y me marcharía con el coche del padre de Raquel, pero con diciendo a mi padre que se quedase en el local un poco más, ya que mi chica quería salir aquella noche. Supuse que mi padre se ofrecería a llevarme, pero me inventaría algo para que no lo hiciese, quería dejarlos solos y me iría a aquella zona de locales comerciales que tenía un descampado.

La oportunidad llegó y no tardé mucho en llegar al coche, dejé a mi chica con cara de preocupación, que imitó demasiado bien para que no fuese tan obvio que estaba muy excitada por quedarse con su suegro el pervertido. No tardé mucho en llegar a la zona acordada y aparqué el coche a unos cuantos metros del lugar donde Raquel tuvo sexo con un hombre semanas antes y que desde mi posición, pude ver aquel polvazo casi perfecto. Aquella noche el cielo estaba totalmente despejado, la luna era llena y casi iluminaba todo aquel descampado oscuro.

A los pocos minutos apareció el Mercedes biplaza por el lugar. Subió el escalón de la acera y despacio se fue adentrando en la zona en cuestión. Se apagaron las luces del vehículo y podía ver las siluetas de las cabezas como se miraban, que imagino que en cierto modo se estaban calentando para pasar a la acción. Salieron del vehículo y vi a mi chica sin su camisa, con las tetas al aire y cuando mi padre dio la vuelta al vehículo, ella misma se subió la faldita y comenzaron a besarse. Supuse que eran besos con lengua, mi padre sobaba las tetas de mi chica al tenerlas a su merced y Raquel comenzó a desabrochar el pantalón hasta sacar parte del rabo.

Se agachó ante él y quedando justo a la altura de la entrepierna gracias a la altura de los tacones que llevaba, comenzó a mamarle la polla como a ella le gusta, con ganas, para que el hombre disfrute.

Justo en el momento que mi padre volvía del baño de aquel ...