1. La película


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuenta, en el balanceo de sus pechos durante el camino de vuelta. Ella no dijo nada, solo apuntó en su mente su interés.
    
    Nos pasamos al whisky. Veo que has parado la película, mejor, no me quiero perder nada… jajajajaj - Le dijo ella mientras servía los dos primeros chupitos.
    
    Correcto, no quiero que te pierdas nada, me quedan muchas veces que acertar - Contestó él con tono desafiante y una sonrisa dibujada en la comisura de sus labios - Por cierto, no me toca beber pero te voy a acompañar. Entonces, el beso, ¿no?
    
    Ufff, sí, ese beso… es… es… salud!
    
    Y ambos dieron buena cuenta del primer chupito tras el brindis de rigor. De repente, cuando ella se incorporaba tras dejar el vaso en la mesa, sin mediar palabra, él se acercó y la besó, cogiendo sus mejillas con ambas manos, se acercó a ella sin encontrar resistencia y apretó sus labios contra los suyos, con pasión, con vigor, recorriéndolos después con la punta de su lengua, notando cómo su sabor se entremezclaba con el whisky que acaban de tomar. Solo varios segundos, un beso tan sorprendente como apasionado, tan intenso como deseado.
    
    ¿Como éste más o menos? - Le preguntó él separándose de su boca pero sin dejar de acariciar sus mejillas y mirarla fijamente.
    
    …. sí, más o menos como este. - Contestó ella sin poder disimular que su respiración se había agitado.
    
    Como si nada hubiera ocurrido, él volvió a su posición en el otro lado del sofá y se apoderó del mando para devolver la película al punto en el que estaba y continuar viéndola juntos. Ella hizo lo propio y buscó la posición más cómoda, pero su cuerpo había comenzado a temblar, no lo había esperado, la había sorprendido, y su cuerpo empezaba a explicarle con señales que quería más, pero no sabía si debía, sabía que quería, notaba que lo deseaba, pero aún había algo que la retenía aunque no sabía qué, pensar se había convertido en un verdadero esfuerzo, su cuerpo había comenzado a apoderarse de sus movimientos, de su respiración, de su deseo.
    
    Los minutos pasaron entre escenas sin carga sexual, diálogos que por momentos, él ni seguía, pues estaba confirmando que la historia en sí, era más o menos lo que pensaba, que sus prejuicios no habían fallado y que, a fin de cuentas, el sexo era lo único a lo que quizás le merecía la pena prestar la atención.
    
    Me la juego! Esto te pone… - dijo ella de repente en un momento en el que los protagonistas compartían una escena aparentemente normal.
    
    ¿Cómo? ¿Qué es lo que me pone? ¿Que hablen? - Contestó él mirándola con aire de extrañeza.
    
    No, lo que te pone son los taconazos que lleva ella, alguna vez te he oído que los tacones te gustan mucho, y los que lleva en estos momentos con ese conjunto son de infarto, seguro que te has puesto caliente… ¿me equivoco?
    
    No… no te equivocas, tienes buena vista y buena memoria, vaya, vaya… - Confirmó él con cierto gesto de sorpresa que pronto se tornó en interés, pues aquella respuesta significaba más cosas de las que decía, no solo lo ...
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