Calista.
Fecha: 06/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30
... que es normal que no haya tenido … ¡umh!, quiero decir …?
—¿Periodo? … ¿No has tenido tu periodo? …
Ella inmediatamente negó con la cabeza.
—¡No!, papá … eso me llegó a los onces años … no … ¡emh! … quiero decir … vello púbico …
—¿Vello púbico? … no te entiendo, hija querida … ¿qué sucede con tu vello púbico? …
—¡Justo eso, papá … no sucede nada! … todavía no tengo un solo pelito ahí abajo …
Dijo avergonzada mientras apuntaba a su entrepierna. Por un momento no supe que decir, no me imaginaba a alguien teniendo problema con el crecimiento de sus vellos púbicos, me impacto su inocencia e ingenuidad, pero soy su padre, debo responder algo cuerdo.
—¡Oh!, los vellos púbicos … ¡ah!, esos que crecen ahí … bueno tu sabes … esos pelitos … ¿y porque no te crecerán? … quizás … bueno … tal vez no tienes todavía la edad suficiente para que te crezcan … ¡sí!, eso debe ser … eres todavía muy chiquita, tesoro … eso es … suele suceder a algunas chicas y chicos … es del todo normal, cariño …
—Pero, papi … yo no tengo nada … todas mis amigas tienen ya los vellos púbicos … algunas hasta se afeitan … ¡Pero yo no tengo nada que afeitar, papá! …
Mi hija estaba al borde de un crisis de llanto y pánico.
—¡No!, bebita … no… debes saber que es una bendición de que aún no te hayan salido … ves … tus amigas tienen que afeitarse y tú no … tú quizás no lo sepas, pero afeitadito se ve mejor y es más bonito … un día tendrás una pareja que querrá verte así sin pelitos … eres afortunada ¿sabes? …
—¿Tu crees, papi? …
—Por supuesto que así es, tesoro … y no tengas la menor duda …
Había desaparecido en ella ese rostro de desesperación, pero no se veía del todo convencida con mis dichos, entonces agregué:
—A los hombres también nos sucede … yo mismo tengo que afeitarme cada cierto tiempo … es fastidioso para mí tener que hacerlo … pero me vuelven a crecer y me molestan …
Calista me miró atentamente y comenzó a sonreír:
—Ji-ji-ji-ji, papi … ¿te has pelado ahí abajo? …
Preguntó mi hija con cierta ingenuidad y perplejidad.
—ja-ja-ja-ja, así es, querida … no tienes nada de que preocuparte … ¿esta bien? … es lo normal …
Se levanto mirando mi entrepierna, me levanté la abracé y le di un besito en sus labios.
—Papi … ¿quieres ver como estoy combinada? … me siento insegura si no te muestro …
Me di la vuelta y vi que Calista se había medio recostada en la cama y apartó la tanga que vestía bajo su camisón y dejo a la vista un perfecto coñito de niña calva. Mi corazón se aceleró, mi presión subió mandando oleadas de sangre a mi pene que rápidamente se puso durísimo al ver el coño rosadito, lampiño y desnudo de mi hija adolescente.
—¡Guau!, nenita … pero se ve muy bien … no tiene nada de malo, querida … es simplemente hermoso …
—¿Tú crees, papi? …
—Estoy más que seguro, hija … ahora ve a dormir … ve a tu cama, yo te llevaré un vaso de leche y te daré el besito de las buenas noches …
Calista miraba fijamente la abultada ...