Don Diego en casa de su hija.. - Relatos Eróticos

Don Diego en casa de su hija..

... , de forma sorprendente y rápida, la mano hacia donde estaba sufriendo aquel inadvertido escarnio; no se despertó, sólo movió los labios , chasqueó para tragar tras humedecerse la boca, y su mano derecha, que se había lanzado como un rayo hacia aquella zona, comenzó a rascar el expuesto testículo.

Una vez aliviado el picor que debía sentir ( seguro que había sido provocado por el roce del algodón sobre su escroto ) , volvió a roncar de nuevo.

Eso sí : la mano se quedó , haciendo presa sobre la de mi amiga. Y así se quedó ,paralizada, pues si la quitaba , seguro que se despertaría ; noté cómo la respiración de mi compañera de piso se aceleraba, y es que no era para menos.

Su mano agarraba, literalmente, todo el paquete de mi padre, pero como era tan enorme, apenas cubría una parte de él , lo que , unido a que la manaza del durmiente apresaba a su vez la manita de mi amiga, hacía que aquello no pareciese tener fin ; de hecho, yo me había quedado esperando que continuase el deslizamiento para seguir contemplando los genitales de mi padre, pero la pobre criatura no se atrevía a mover ni un milímetro, ante el temor de que se despertase.

Si, al final tenía que reconocer que estaba disfrutando de aquella situación, y reconocí , a mi pesar ( y para el de mi madre , si se enterase ) , de que mi padre tenía un buen paquete, a juzgar por lo difícil que le estaba siendo a mi amiga el poder abarcarlo…y la visión de su vello púbico y de su testículo , que en un principio me había causado rechazo, ahora lo recordaba con agrado, y pedía a gritos poder volverlo a ver , ya que la maniobra del rascado y de la presa en la mano habían hecho que los slips regresasen a su sitio original.

Eso sí, un atisbo de oscuridad se podía entrever entre el borde del calzoncillo y la ingle, dándole una pátina de lujuria que me estaba siendo desconocida.

Probablemente de resultas de la presión que estaba ejerciendo sobre su viril miembro, aquello le hizo sentir cierta incomodidad, porque dejó de nuevo de roncar, y retiró la mano.

Ella aprovechó para hacer lo propio, porque estaría asustada , y , al dejar el paquete libre, de nuevo me volvió a sorprender.

La polla, que tras todo aquel meneo entró en fase de erección, había provocado que subiese el fino slip, de modo que la bragueta simuló una especie de Everest textil en medio de aquella cordillera tan fabulosa.

Y la consecuencia fue doble .

Primero, pude advertir cómo se abría la abertura lateral, pudiendo observar aquel inmenso mar de vello oscuro, que rodeaba la raíz de su polla , cuya punta se perdía en las alturas de la elevada bragueta.

Y por otro lado, deslizó y separó aun más los laterales de los calzoncillos de las ingles, de forma que sus huevos emergieron , a derecha e izquierda, rodeados del infinito vello.

Mi padre seguía dormido, inocente y ajeno a todo aquel espectáculo que estaba ofreciéndonos , pero por poco tiempo.

Y es que mi amiga, presa de un súbito impulso, metió las dos ...