1. Don Diego en casa de su hija..


    Fecha: 04/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: pippilotta, Fuente: TodoRelatos

    Cuando abrí la puerta, la última persona a la que me imaginaba iba a ver era a mi padre.
    
    Y allí estaba, con cara de carnero degollado. Otra vez se había peleado con mi madre.
    
    - Ay, hija mía, es que tu madre…
    
    - Ya lo sé , Papá, no te preocupes , anda, pasa….
    
    Entró , con su maleta, que siempre traía en estas circunstancias….y hablando de circunstancias, rápidamente caí en que no estaba sola.
    
    - Papá, tengo que decirte que ahora comparto piso con una amiga…
    
    - Ah , bueno….- dijo, muy cortado- si no hay sitio….
    
    - Claro que hay sitio, queda libre la cama que está en el cuarto que hay al lado del lavadero…es un poco estrecha, pero…
    
    - Ah, si , claro, ya sabes que me conformo con poco..
    
    Y se encaminó a aquella habitación , que de sobra sabia cual era, de las veces que había venido a mi casa ( cada vez que se peleaba con mi madre) .
    
    La primera noche transcurrió como siempre; cuando le vi aparecer sólo con los calzoncillos, los calcetines y la camisa, pensé en que mi amiga podría verle vestido de esa guisa, así que rápidamente aproveché la situación para decírselo.
    
    - Papá, haz el favor de procurar estar vestido para estar por casa…
    
    - Pero, si estoy vestido – me dijo, señalando sus ropajes.
    
    - Me refiero a vestido sin estar en calzoncillos, que en un rato viene mi compañera de piso y no quiero que te vea así- dije mientras miraba con conmiseración aquellos calzoncillos tan viejos , que casi eran transparentes.
    
    - Que ocurre, es que acaso te avergüenzas de tu padre- dijo, desafiante, mirándome un poco iracundo. Y levantó el dedo, amenazante , para iniciar alguna de sus diatribas .
    
    Al iniciar aquel gesto, la camisa, cuyos faldones a duras penas tapaban los slips, se subieron y mostraron la ajada prenda casi en su totalidad, apareciendo colgones y raidos. Parecía que en algún momento se le iban a caer , y es que además tenía la manía de comprárselos una o dos tallas más grandes, de modo que , a cada paso, el bamboleo era tremendo , resultando casi lastimoso aquel hombre ya entrado en años andando por la casa de aquella manera.
    
    Por no hablar de los calcetines ….el conjunto era, como decía mi madre, el remedio contra la concupiscencia, con aquellas piernas tan blancas y lampiñas.
    
    - Ya empezamos….no es eso, a mi me da igual verte así, pero a ella no….sólo tienes que ponerte unos pantalones, aunque sean de pijama.
    
    - Ya estás como tu madre, es que sois todas iguales…ya otra vez…
    
    En esto que , inesperadamente, se abrió la puerta, y llegó mi amiga ; al entrar en el salón , nos pilló a mi padre y a mí en plena discusión .
    
    Cuando él entraba en ese bucle de ira, no percibía lo que ocurría a su alrededor ; aquello , unido a que estaba de espaldas a la entrada del piso , hizo que no se diera cuenta de la presencia de mi amiga. Ella se quedó mirando a mi padre, entre sorprendida y divertida , al verlo de aquella guisa.
    
    Como no podía pasar para dentro sin hacerlo a través del salón, carraspeó para hacerse ...
«1234...10»