1. ¿Un sueño hecho realidad? (7)


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: DiosaNix, Fuente: TodoRelatos

    ... la situación, empezó a comer alternativamente las dos vergas con ganas, sin olvidarse de los huevos, hasta que el alemán anunció su corrida con un larguísimo jadeo:
    
    —Qué buena eres… Me voy a vaciar… —Exclamó mezclando palabras en español y alemán.
    
    Ella se retiró y Markus derramó abundante leche en el vientre y las tetas de Oli, hasta quedar rendido de gusto sobre la toalla. Antonio ya estaba habituado a sus mamadas y aguantaba más, pero tampoco le quedaba mucho. Sin dejar de pajearlo con la mano, se aplicó a comer y aceleró el ritmo cuando él empezó a bufar:
    
    —Me corro, cariño… me corro… Dios qué bien la mamas…
    
    Descargó en su boca dos raciones de su semilla que ella degustó con deleite. Limpió bien el glande con su lengua y luego le comió la boca, compartiendo restos de la corrida.
    
    —Nadie me ha comido nunca la polla como tú, me vuelves loco, Oliva Suárez.
    
    —Y a mí no me gustaba, pero tú estás muy rico —dijo ella entre risas.
    
    El silencio se adueñó de las toallas durante unos minutos, mientras tomaban aliento. Markus fue el primero en levantarse para ir al agua y luego le siguió Oli para lavarse. Al verla agachada, con su culito ligeramente en pompa, Markus le dio un azote y la rodeó por detrás, sobándole las tetas cuando se incorporó.
    
    —Me pierden las mujeres maduras desde que perdí la virginidad con una vecina de mi madre que tenía 50 años. —Le dijo al oído—. Saben lo que quieren, no son niñas. Me gustaste desde que te conocí y me encantaría follarte. Tienes un pecho delicioso.
    
    Oli se giró, rodeó su cuello con los brazos y lo morreó un buen rato.
    
    —Para ser tan joven, hablas como un viejo. —Rio—. Que sea con condón. El culo se toca pero no se prueba. Mi culo tiene dueño. —Le dio otro morreo.
    
    —Wie sie wünschen, meine Dame—respondió guiñando un ojo.
    
    Volvieron a las toallas mientras Antonio se levantaba para darse otro chapuzón a su vez. Oli y Markus quedaron juntos en la toalla de él, acariciándose y dándose mimos como si acabaran de hacerse novios.
    
    Llegó la hora de comer y dispusieron las viandas sobre una toalla extra que Markus había tenido la precaución de llevar. Compartieron de todo, en agradable charla. Se explayaron sobre sus vidas, sin demasiados detalles pero con más contexto que en las conversaciones anteriores. Al rubio germano le encantaban los deportes, así que para mantenerse durante el año sabático era monitor de tiempo libre con niños y jóvenes. Hacía escapadas de tres o cuatro días con amigos, como la que les había reunido en Ibiza azarosamente. Con la naturalidad que le caracterizaba, reconoció que no hacía ascos a acompañar a alguna dama pudiente, siempre que se diesen una serie de condiciones y nunca durante más de tres días. Después de todo lo vivido, Oli ya tenía suficiente mundo como para no escandalizarse y entendió por qué Markus era como era.
    
    Echaron la siesta tranquilamente. Oli con la cabeza sobre el pecho de Antonio y sintiendo los brazos de Markus haciendo cucharita por detrás de ...
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